Dentro del amplio grupo que componen las plantas de temporada se encuentran los Tagetes. Y básicamente hay dos grandes especies que a su vez agrupan a un buen número de variedades. Nos referimos a los Tagetes erecta, también conocido como “Clavel de moro” y Tagetes patula, popularmente conocido como “Damasquina”.
En este artículo vamos a centrarnos en el Tagete patula, de porte algo inferior que el erecta pero que posee un mayor número de variedades y con ello colores con los que decorar nuestro jardín.
Es una planta de temporada que se puede encontrar en el mercado en floristerías, centros comerciales, centros de jardinería y tiendas especializadas, entre los meses de marzo a octubre, si bien la mayor oferta se sitúa de abril a septiembre.
Por lo tanto, es una planta para decorar y disfrutar de ella desde el comienzo del buen tiempo hasta bien entrado el otoño.
Su lugar en decoración lo sitúa desde jardineras en el balcón o terraza, hasta en borduras o manchas de color en el jardín. En todos los casos, aunque como planta individual posee su atractivo, es una de esas plantas que se aconseja ser utilizada en grupo.
Descripción
El Tagete patula pertenece a la amplia familia de las Compuestas. Se trata de una planta anual de tipo herbáceo muy utilizada, como decimos, en jardinería para crear borduras o manchas de flor principalmente.
Es originaria de México y su época de floración natural se sitúa entre principio de primavera y mediados de otoño. La altura de la planta varía ligeramente entre sus distintas variedades pero en su conjunto puede ir desde los 20 a 50 centímetros. Y en cuanto a su tamaño de la flor, son más pequeñas que los Tagetes erecta, estando entre los 3 a 5 centímetros de diámetro.
Es una planta que requiere una exposición a pleno sol para que crezca compacta y con abundancia de flor.
Esta planta posee tallos bastante robustos y muy ramificados, sus hojas son compuestas con foliolos lanceolados y dentados con un cierto olor muy característico. Sus flores estan reunidas en capítulos en forma de pompón rizado, recordando en gran medida a las flores del clavel.
El color de sus flores es muy variado, aunque casi todos ellos, en realidad están basados entre las gamas de amarillos a rojos con mezclas a su vez entre ellos mismos. Por ello, al hablar de colores en Tagetes patula, es hablar de matices y por lo tanto de sensibilidades. Si además tenemos en cuenta que es una planta que se contempla a cierta distancia, la percepción de las “manchas cromáticas”, ofrecen una percepción del color que en ocasiones es distinta cuando nos acercamos y vemos realmente sus flores de cerca.
Hay también variedades de tipo flor simple, con mayor abundancia en sus ramificaciones por lo que crean grandes manchas de color. Estas variedades, también llamadas de “tipo zinnia”, con flores más simples y también en amarillo, naranja y con manchas marrones o rojas, son más empleadas en jardines públicos que en privados.
Presentación comercial
Además de encontrar los Tagetes patula ya en maceta, generalmente en un tamaño de unos 11 centímetros de diámetro, entre los meses de marzo a octubre, también podemos encontrar sobres de semillas con el que comenzar su cultivo desde el principio.
En este caso, Clemente Viven pone a disposición de sus clientes sobres con mezcla de diferentes variedades bien seleccionadas por su rusticidad de cultivo y buen comportamiento en el jardín. La presentación es por lo tanto en sobres perfectamente identificados en el que además de su fotografía, incluye una breve descripción orientativa sobre su cultivo.
Las semillas de Tagetes patula se pueden adquirir en expositores Clemente Viven de semillas de planta ornamental que encontrarán en centros de jardinería, floristerías y grandes superficies.
Las semillas son de color negro, alargadas y puntiagudas.
Cultivo
El cultivo del Tagete patula es muy sencillo dada su rusticidad. Y junto con su amplio tiempo de vida ornamental, permite programar su cultivo de forma que podamos tener Tagetes en el jardín durante casi todo el año.
Por lo tanto, comenzaremos hablando de su cultivo como si quisiéramos disponer de Tagetes en nuestro jardín lo antes posible. A partir de aquí, el cultivo se hace más sencillo ya que por una parte la climatología es mejor y los tiempos de desarrollo se acortan ya que la planta crece con más rapidez.
La fecha de siembra para tener plantas lo antes posible es durante el mes de febrero y marzo. En estas fechas, todavía hace frío, por lo tanto, en zonas no costeras y del sur de la península, se puede retrasar la siembra un mes o mes y medio más.
Y lo primero es realizar un semillero en una bandeja. Entre los diferentes sustratos existentes en el mercado le sugerimos utilizar el nuestro denominado “Sustrato multiusos fertilizado”. Basta con crear una capa de unos 10 centímetros lo más lisa posible. Sobre ella se esparcen las semillas y se cubren ligeramente sobre un centímetro aproximadamente para favorecer su germinación. Se riega y a partir de aquí, se mantendrá el sustrato húmedo hasta que termine la germinación de las semillas.
Al ser las semillas relativamente grandes, podemos realizar una siembra directa en macetas de unos 10 a 11 centímetros de diámetro. En tal caso las llenaremos de este mismo sustrato, practicaremos un agujero de unos 2 centímetros de profundidad en el medio y colocaremos una semilla por maceta que la recubriremos inmediatamente. Y por supuesto… regar y tratar esta maceta como si de un semillero se tratase.
Tenemos que saber, como referencia que si queremos unas 100 plantas, tenemos que sembrar del orden de 1 gramo de semilla, unas 120 semillas aproximadamente.
Con una temperatura de unos 18 ºC se producirá la germinación a los 10 ó 14 días. A la semana siguiente ya habrán empezado a salir las primeras hojas verdaderas y al mes de la siembra, las plántulas estarán listas para ser repicadas o transplantadas. En el caso de que se haya sembrado directamente a maceta ya están repicadas. Tan sólo sacarlas a un lugar más soleado para que se fortalezcan.
Si hemos realizado un semillero, se pueden establecer dos líneas de cultivo bien diferenciadas.
La primera es transplantar cada plantita en una maceta de unos 10 a 11 centímetros de diámetro. El sustrato indicado puede ser el mismo que hemos utilizado para realizar el semillero. Primero se llenan las macetas, después se arrancan con cuidado las plantitas y se plantan en las macetas procurando enterrarlas hasta el nivel de los dos cotiledones. Por último regarlas y ponerlas en un lugar protegido del sol directo.
Al cabo de una semana ya se puede poner en un lugar soleado e ir regándolas según se seque el sustrato y abonándolas a partir de los 20 días del repicado.
Cuando las plántulas tengan entre un mes y medio y dos meses, ya pueden ser plantadas en el jardín con una total garantía de éxito.
La segunda forma es plantar las plantitas directamente del semillero al jardín. La metodología es igual pero debemos extremar los cuidados ya que al ser más delicadas en esta fase, se pueden perder por deshidratación, ser comida o dañada seriamente por algún caracol o babosa, etc.
En esta fase hay que tener en cuenta la preparación del terreno, con el objetivo de asegurar que el suelo quede lo suficientemente mullido para que las plantitas puedan desarrollar su normal crecimiento.
La temperatura ideal de desarrollo está por encima de los 18ºC aunque tolera temperaturas algo inferiores. Sus flores comienzan a aparecer sobre los dos meses de la siembra, dependiendo de la variedad, clima y época de siembra.
Una recomendación muy útil es cultivar el Tagete patula en macetas individuales hasta su transplante en la jardinera o jardín. El motivo es que cuando aparece la primera flor, esta lo hace en la parte apical de la planta y en una sola unidad. En ese momento sabemos de qué color en concreto es esa planta y a partir de aquí, ya tomamos la decisión de si al crear unas manchas de color en nuestro jardín, lo queremos hacer en mezcla de colores o por tonalidades concretas. Ambas opciones son válidas pero diferentes a su vez ornamentalmente hablando.
La plantación, en jardineras, maceteros o en el suelo directamente, debe de realizarse en una zona lo más soleada posible. Con ello, favoreceremos un crecimiento compacto y una abundancia de su floración.
En cuanto a la fertilización, esta puede realizarse en el jardín a partir del mes de haberse plantado. La fertilización realizada de mantenimiento al conjunto del jardín es más que suficiente, aunque debemos saber que como planta de flor que se trata, los abonados son preferentemente más ricos en potasa que en nitrógeno. Un exceso de este último, favorecerá un desarrollo exagerado del follaje y un detrimento de la floración y tamaño de las mismas.
También conviene prestar atención especial a la eliminación de malas hierbas. Estas compiten con el Tagete y en ocasiones son refugio de determinadas plagas y enfermedades.
Aunque se trata de una planta, cuyas flores se secan con el tiempo y no molestan visualmente, es recomendable, de vez en cuando, eliminarlas con unas tijeras para realzar su valor ornamental.
La planta irá floreciendo sobre sí misma hasta bien avanzado el otoño. Después se arrancan y en su lugar ya puede colocarse otra planta de temporada… en este caso de otoño e invierno como por ejemplo las Prímulas, Caléndulas, Violas, etc.
Plagas y enfermedades
En cuanto a las plagas y enfermedades que se pueden dar en el Tagete patula, la verdad es que son bien pocas. Se trata de una planta muy rústica y ello se manifiesta con ser un cultivo “muy limpio”.
Pero entre los problemas que se pueden presentar están principalmente los pulgones, la mosca blanca y en enfermedades el Oidium. A continuación exponemos una relación de los mismos como orientación a posibles problemas que se puedan presentar:
Plagas
- • Araña roja (Tetranychus urticae).
Se desarrollan en el envés de las hojas causando decoloraciones, punteaduras o manchas amarillentas que pueden apreciarse en el haz como primeros síntomas. Las temperaturas elevadas y la escasa humedad relativa favorecen el desarrollo de la plaga.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Fenbutaestan, Flufenoxuron, Quinometionato, Tebufenpirad,…
• Mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum y Bemisia tabaci).
Los daños directos (amarillamientos y debilitamiento de las plantas) son ocasionados por larvas y adultos al alimentarse, absorbiendo la savia de las hojas. Los daños indirectos se deben a la proliferación de negrilla sobre la melaza producida en la alimentación, manchando y depreciando el normal desarrollo de las plantas.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Aceite de verano, Pimetrocina, Tiametoxam, Tralometrina,…
• Pulgón (Aphis gossypii y Myzus persicae).
Forman colonias y se distribuyen en focos que se dispersan, principalmente en primavera y otoño, mediante las hembras aladas. Debilitan la planta al succionar su savia.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Aceite de verano, Esfenvalerato, Metil pirimifos, Pimetrocina, Tralometrina,…
• Trips (Frankliniella occidentalis).
Los daños directos se producen por la alimentación de larvas y adultos, sobre todo en el envés de las hojas, dejando un aspecto plateado en los órganos afectados que luego se necrosan.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Atrin, Cipermetrin, Aceite de verano, Clorpirifos-metil, Deltametrin, Fenitrotion, Formetanato, Metiocarb, Tralometrina…
• Minadores de hoja (Liriomyza trifolii).- Las hembras adultas realizan las puestas dentro de las hojas jóvenes, donde comienza a desarrollarse una larva que ocasiona las típicas galerías.
Tratamientos con productos a base de Aceite de verano.
• Orugas (Spodoptera exigua, Spodoptera litoralis, Heliothis armigera, Heliothis peltigera, Chrysodeisis chalcites y Autographa gamma).
Todas ellas ocasionan daños al alimentarse.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Betaciflutrin, Ciflutrin, Esfenvalerato, Flufenoxuron, Metil pirimifos,…
Enfermedades
- • “Ceniza” u Oídio (Sphaerotheca fuliginea).
Se presenta como manchas pulverulentas de color blanco en la superficie de las hojas (haz y envés) que van cubriendo todo el aparato vegetativo llegando a invadir la hoja entera.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Azufre, Quinometionato , Triadimefon, Benomilo,…
• Podredumbre gris (Botrytis cinerea).
En hojas y flores se producen lesiones pardas. En frutos se produce una podredumbre blanda en los que se observa el micelio gris del hongo.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Benomilo, Carbendazima, Tebuconazol,…