La Caléndula officinalis L. pertenece a la familia de las Compuestas y se le conoce popularmente, además de cómo Caléndula, como “Copetuda”, “Maravilla” y en inglés “Marigold”.
Este último nombre data de la Edad Media, y en particular de una leyenda en la que se asociaba a la Virgen María con las doradas flores de la caléndula. Gold significa oro en inglés y de ahí su denominación Mary Gold que derivó finalmente en “Marigold”. Por otra parte su nombre genérico parece derivar del latín «calendae» que significa primer día del mes.
La Caléndula, además de su aspecto ornamental, cabe resaltar que sus flores poseen cualidades medicinales para su empleo por su acción anti-inflamatoria, anti-espasmódica, vulneraria y bactericida, entre otros usos.
Su origen se sitúa en Egipto y como cultivada en Europa durante el siglo XII, extendiéndose posteriormente por el resto del mundo. Actualmente goza de gran fama como planta ornamental cultivada en patios, jardines, macetas, etc.
Se trata de una planta herbácea, anual, de color verde claro y de 30 a 60 centímetros de altura según la variedad. En los primeros estadíos la planta está conformada por una roseta basal de hojas, posteriormente desarrolla tallos angulosos y a menudo ramificados desde la base.
Las hojas son oblongolanceoladas, alternas de hasta 13 centímetros de largo. En los extremos de los tallos se encuentran las flores en tonos amarillos o anaranjados cuyo diámetro oscila entre 3 y 6 centímetros.
Es una especie rústica, por lo que es poco exigente al tipo de suelo, crece bien en los de mediana fertilidad. Prefiere climas templados, aunque resiste heladas y sequías; crece en alturas que van desde el nivel del mar hasta los 1.000 m. Por ser una planta cultivada desde la antigüedad existen numerosas variedades, las que se diferencian fundamentalmente por el tamaño, coloración y por la complejidad de la corola.
Compra de la semilla
La semilla de Caléndula se puede adquirir en nuestros expositores de semillas de planta ornamental que encontrará en centros de jardinería, floristerías y grandes superficies.
La presentación es en sobres perfectamente identificados en el que además de su fotografía, incluye una breve descripción orientativa sobre su cultivo.
Las semillas son ligeramente arqueadas y con ciertas rugosidades o espinas por el costado. En un gramo hay del orden de 150 semillas.
Cultivo
La fecha ideal de siembra es después del verano. Y lo primero es realizar un semillero en una bandeja. Entre los diferentes sustratos existentes en el mercado le sugerimos utilizar el nuestro denominado “Sustrato multiusos fertilizado”. Basta con crear una capa de unos 10 centímetros lo más lisa posible. Sobre ella se esparcen las semillas y se cubren ligeramente sobre un centímetro aproximadamente para favorecer su germinación. Se riega y a partir de aquí, se mantendrá el sustrato húmedo hasta que termine la germinación de las semillas.
Con una temperatura de unos 20ºC se producirá la germinación a los 5 ó 7 días. A la semana siguiente ya habrán empezado a salir las primeras hojas verdaderas y al mes de la siembra, las plántulas estarán listas para ser repicadas o transplantadas.
A partir de aquí se pueden establecer dos líneas de cultivo bien diferenciadas.
La primera es transplantar cada plantita en una maceta de unos 10 a 12 centímetros de diámetro. El sustrato indicado puede ser el mismo que hemos utilizado para realizar el semillero. Primero se llenan las macetas, después se arrancan con cuidado las plantitas y se plantan en las macetas procurando enterrarlas hasta el nivel de los dos cotiledones. Por último regarlas y ponerlas en un lugar protegido del sol directo.
Al cabo de una semana ya se puede poner en un lugar soleado e ir regándolas según se seque el sustrato y abonándolas a partir de los 20 días del repicado.
Cuando las plántulas tengan entre un mes y medio y dos meses, ya pueden ser plantadas en el jardín con una total garantía de éxito.
La segunda forma es plantar las plantitas directamente del semillero al jardín. La metodología es igual pero debemos extremar los cuidados ya que al ser más delicadas en esta fase, se pueden perder por deshidratación, ser comida o dañada seriamente por algún caracol o babosa, etc.
En esta fase hay que tener en cuenta la preparación del terreno, con el objetivo de asegurar que el suelo quede lo suficientemente mullido para que las plantitas puedan desarrollar su normal crecimiento.
La temperatura ideal de desarrollo está sobre los 15ºC aunque tolera muy bien los fríos. Sus flores comienzan a aparecer entre los dos meses a tres de la siembra, dependiendo de la variedad, clima y época de siembra.
En cuanto a la fertilización, esta puede realizarse en el jardín a partir del mes de haberse plantado. La fertilización realizada de mantenimiento al conjunto del jardín es más que suficiente, aunque debemos saber que como planta de flor que se trata, los abonados son preferentemente más ricos en potasa que en nitrógeno. Un exceso de este último, favorecerá un desarrollo exagerado del follaje y un detrimento de la floración y tamaño de las mismas.
También conviene prestar atención especial a la eliminación de malas hierbas. Estas compiten con la Caléndula y en ocasiones son refugio de determinadas plagas y enfermedades.
Destacar, que cuando la planta se encuentre en pleno desarrollo, con los tallos ya largos, sus flores pueden ser cortadas y utilizadas como flor de corte en floreros.
Plagas y enfermedades
En cuanto a las plagas y enfermedades que se pueden dar en la Caléndula, la verdad es que son bien pocas. Se trata de una planta muy rústica y ello se manifiesta con ser un cultivo “muy limpio”.
Pero entre los problemas que se pueden presentar están principalmente los pulgones, la mosca blanca y en enfermedades el Oidium. A continuación exponemos una relación de los mismos:
Plagas
- – Araña roja (Tetranychus urticae). Se desarrollan en el envés de las hojas causando decoloraciones, punteaduras o manchas amarillentas que pueden apreciarse en el haz como primeros síntomas. Las temperaturas elevadas y la escasa humedad relativa favorecen el desarrollo de la plaga.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Fenbutaestan, Flufenoxuron, Quinometionato, Tebufenpirad,…
– Mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum y Bemisia tabaci). Los daños directos (amarillamientos y debilitamiento de las plantas) son ocasionados por larvas y adultos al alimentarse, absorbiendo la savia de las hojas. Los daños indirectos se deben a la proliferación de negrilla sobre la melaza producida en la alimentación, manchando y depreciando el normal desarrollo de las plantas.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Aceite de verano, Pimetrocina, Tiametoxam, Tralometrina,…
– Pulgón (Aphis gossypii y Myzus persicae). Forman colonias y se distribuyen en focos que se dispersan, principalmente en primavera y otoño, mediante las hembras aladas. Debilitan la planta al succionar su savia.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Aceite de verano, Esfenvalerato, Metil pirimifos, Pimetrocina, Tralometrina,…
- – Trips (Frankliniella occidentalis). Los daños directos se producen por la alimentación de larvas y adultos, sobre todo en el envés de las hojas, dejando un aspecto plateado en los órganos afectados que luego se necrosan.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Atrin, Cipermetrin, Aceite de verano, Clorpirifos-metil, Deltametrin, Fenitrotion, Formetanato, Metiocarb, Tralometrina…
– Minadores de hoja (Liriomyza trifolii). Las hembras adultas realizan las puestas dentro de las hojas jóvenes, donde comienza a desarrollarse una larva que ocasiona las típicas galerías.
Tratamientos con productos a base de Aceite de verano.
– Orugas (Spodoptera exigua, Spodoptera litoralis, Heliothis armigera, Heliothis peltigera, Chrysodeisis chalcites y Autographa gamma). Todas ellas ocasionan daños al alimentarse.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Betaciflutrin, Ciflutrin, Esfenvalerato, Flufenoxuron, Metil pirimifos,…
Enfermedades
- – “Ceniza” u Oídio (Sphaerotheca fuliginea). Se presenta como manchas pulverulentas de color blanco en la superficie de las hojas (haz y envés) que van cubriendo todo el aparato vegetativo llegando a invadir la hoja entera.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Azufre, Quinometionato , Triadimefon, Benomilo,…
– Podredumbre gris (Botrytis cinerea). En hojas y flores se producen lesiones pardas. En frutos se produce una podredumbre blanda en los que se observa el micelio gris del hongo.
Tratamientos con productos a base de materias activas como: Benomilo, Carbendazima, Tebuconazol,…
Curiosidades
Como decíamos al principio, la Caléndula posee principios activos medicinales. Como curiosidad, en medicina se extraen de las flores los siguientes contenidos químicos: ácido salicílico, ácido fenólico, esteroles, carotenoides muy abundantes, glucósidos, flavonoides, taninos, un principio amargo llamado calendulina, una saponina triterpénica, pigmentos, xantofilas, mucílagos, umbeliferona, esculetina y escopoletina, etc.
Y entre los usos y propiedades terapéuticas, las flores de Caléndula son ampliamente utilizadas por sus propiedades antiinflamatoria, espasmódica, emenagoga, colagoga, sedativa, sudorífica, vulneraria y bactericida contra Staphylococcus aureus y Streptococcus fecales.
Además de su uso medicinal se refiere su empleo en cosméticos, en la preparación de champúes, cremas y como colorante, y en la industria alimentaria en la confección, fabricación de galletas, caramelos, licores, como colorante natural de la mantequilla o como sucedáneo del azafrán.