El Kiwi

Bajo el nombre del kiwi se conoce popularmente a la planta Actinidia chinensis. Esta pertenece a la familia Actinidiaceae y se trata de una planta trepadora originaria de las montañas de China.

Kiwi en rodajas

Si bien a principios de siglo XX comenzó a cultivarse en Nueva Zelanda, por los años 80 ya era un cultivo de gran interés en Brasil. Actualmente es un cultivo importante debido a los buenos resultados alcanzados en cuanto al potencial productivo y en cuanto a la calidad de sus frutos.

Pioneros en su producción son Italia, Nueva Zelanda y Chile. Como dato orientativo, en Brasil hay alrededor de 500 hectáreas plantadas distribuidas por los estados de Paraná, Río Grande y Santa Catarina.

En España, la zona norte y en particular Galicia, es donde se centran las principales producciones a nivel profesional.

Descripción
Las hojas, de unos 10 a 30 centímetros dependiendo la variedad, de esta planta trepadora son alternas, simples con bordes dentados, largas redondas y caducas. Presenta un intenso color verde oscuro por la parte superior, contrastado con un verde más claro y con presencia de vellosidades por la inferior.

Sus flores son flores hermafroditas o unisexuales, con 5 sépalos y 5 pétalos de color blanco crema.

Su fruto es una baya grande elipsoidal de piel parda con vellosidades en toda su totalidad. En cuanto a su pulpa es verde color esmeralda que contiene numerosas semillas muy pequeñas en las variedades más conocidas. Actualmente han aparecido variedades de carne amarilla e incluso de otras tonalidades. Esta fruta madura a principios de abril.

Flores de kiwi

El kiwi es una fruta considerada de alto aporte en vitamina C, E además de un alto contenido en fibra. Los estudios realizados al respecto la consideran baja en colesterol, produce efectos anticancerígenos, tiene capacidad antioxidante y anti-inflamatoria, mejora el sistema inmunológico y aumenta las defensas en el organismo. Además de aportar otros nutrientes esenciales para el organismo como fosfato, magnesio y cobre.

Necesidades de clima y suelo
El kiwi requiere de zonas de clima templado por su naturaleza subtropical. La temperatura óptima oscila entre los 25 y 30ºC y con una humedad relativa alrededor del 60%. Igualmente, la planta debe estar protegida de vientos dominantes. Sobre todo en los meses de verano, debemos asegurar un aporte extra de agua.

En cuanto al suelo, este debe ser profundo, bien drenado, permeable y rico en materia orgánica, ya que es una planta sensible a la asfixia radicular y por lo tanto debemos evitar encharcamiento de agua en el terreno. Los suelos ideales son los franco arenosos y con poca presencia de cal.

Variedades y patrones
Internacionalmente, las variedades más populares son la “Kaquiara II” y “MG-6” con fruto de agradable sabor y pulpa color esmeralda. Y en las plantaciones españolas, la variedad más utilizada es la «Actinidia deliciosa» que procede del cultivar “Hayward”.

Kiwis de Clemente Viven, macho y hembra

Otras variedades utilizadas son la “Hayward K”, “Hayward 8” y “Top Star” de vegetación más densa y sus frutos están desprovistos de vellosidades. Otras variedades de menor importancia son “Monty”, “Abbot”, “Bruno”, “Kramer”, “Blake”… y las de introducción más reciente como “M51”, “M52” y “M54”, “M56”, “M58”, “M59”.

Los patrones utilizados son las plantas procedentes de semilla de la variedad “Hayward”.

Comprar una planta
La presentación de Clemente Viven es en bolsa, caja o maceta, con identificación de la variedad e información básica sobre su plantación. Además, informando de los certificados que garantizan la sanidad vegetal del árbol que ofrecemos.

Estos envases se presentan en expositores de madera que además de englobar un buen número de variedades, se complementan con la oferta de otras especies de frutales.

Nuestros kiwis, se presentan preplantados en sustrato. Con ello se garantiza un grado de humedad en raíz suficiente para que durante el período de comercialización, este se encuentre en óptimas condiciones. Con ello, la respuesta tras la plantación es ideal.

Kiwis en arbol

Cultivo
Lo primero es acondicionar el terreno, nivelándolo para evitar zonas de encharcamiento, eliminando las malas hierbas, a la vez que realizar un adecuado abonado de fondo. Además aportaremos un aporte extra de materia orgánica en el caso de que el terreno consideremos que se encuentra en niveles bajos de ella.

Al ser una planta trepadora, el kiwi necesita de unas estructuras de conducción para su desarrollo vegetativo. Estas estructuras pueden ser de alambre y el sistema más utilizado de conducción es el «Sistema en T » que consiste en utilizar unos postes en forma de T unidos unos con otros por 3 alambres. Sobre ellos serán por donde se apoyen las plantas.

La altura aproximada puede oscilar entre el metro y medio y casi los dos metros. Por supuesto, se necesitarán unos tutores de madera por ejemplo para guiarlas hacia la parte superior del emparrado de alambres.

El marco de plantación normalmente utilizado es de 4 a 5 metros de ancho entre calles y de 3 a 5 metros entre árboles. Los árboles machos se recomienda ser colocados en filas alternas cada 5 árboles hembras.

Campo de kiwis

La época ideal de plantación se encuentra entre los meses de noviembre hasta febrero.

Tras la compra de las plantas, se marca el lugar donde irán plantadas. En él se realiza un agujero y tras quitarle con cuidado el envase protector para el transporte, se entierra la planta hasta el nivel con el que viene encepellonado. Se clava el tutor para ayudarles a subir hasta la estructura de conducción y se riega abundantemente.

Durante el proceso de plantación, debemos tener presente la alternancia de plantas macho y hembras en las proporciones ya mencionadas.

La poda debe realizarse en invierno. Como formación, se orientará para guiar la forma de la planta, dejando dos brazos laterales que cubran por completo la distancia de los alambres. Para la poda de fructificación, se realizará en dos veces al año, una en invierno y otra en verano.

La primera, en invierno, se deja por cada metro de alambre 3 ramas laterales bien desarrolladas de 20 a 23 yemas. En la de verano irá encaminada a mejorar la ventilación e iluminación y limpieza, eliminando para ello los chupones, ramas enrolladas o secas, flores marchitas, aclareo de frutos, etc. Esta poda puede realizarse en dos veces, antes y después de la floración en los meses de abril y junio.

Si hay o se prevé un exceso de frutos, es conveniente un aclareo para mejorar la calidad de los frutos restantes. Este debe realizarse al inicio de la floración y después de la misma. En el primero se eliminan las flores marchitas y deformes. En el siguiente se eliminan los frutos mal cuajados, mal polinizados, etc.

Frutos de kiwi pequeños en arbol

La polinización del kiwi es muy importante ya que repercute directamente en el tamaño del fruto. La presencia de abejas mejora indirectamente la calidad del fruto.

La producción comienza a aparecer de forma importante a partir del tercer año de la plantación, obteniéndose las mejores cosechas a partir del séptimo u octavo año de la plantación.

Sus frutos se recolectan desde mediados de octubre a principios de noviembre en España.

En cuanto a su fertilización, el kiwi es exigente en cuanto a nutrientes, siendo los más necesitados el nitrógeno, el fósforo y la potasa. N, P y K. Un equilibrio 1- 0,6 – 2 puede funcionar correctamente.

Los abonados deben ser más ricos en nitrógeno hasta su entrada en producción, ya que el nitrógeno es el elemento que contribuye a un buen desarrollo vegetativo de la planta. Posteriormente, a partir del tercer año, se irá aumentando progresivamente las aportaciones del resto minerales.

Plagas
Por suerte, el kiwi es una planta muy rústica y prácticamente no presenta problemas fitosanitarios que la sitúen como una planta delicada de cultivar. Aun así, exponemos algunos problemas para saber de ellos y tenerlos en cuenta y disfrutar de la planta mucho más.

Kiwi

Entre los insectos, está el perteneciente al género Eulia como más peligroso para el kiwi. Cuando aparece ataca las hojas y el fruto realizando sus larvas galerías sobre la piel. Afecta a su estética, lo deforman y producen una caída precoz.

Un par de tratamientos con insecticidas cuando aparezcan los daños suelen ser suficiente. Estos tratamientos pueden situarse el primero a la caída de los pétalos y el segundo al mes.

Otro parásito puede ser la Pseulacaspis pentágona, también conocida como la cochinilla blanca del melocotonero. Esta afecta a los pecíolos de las hojas y frutos produciendo una deformación del fruto. Tratamientos en el momento adecuado con un aceite mineral blanco, junto con un insecticida como el Metidatión, la controla muy bien.

Otro problema que se puede presentar es el de los nemátodos que atacan a las raíces, dando lugar a las podredumbres de estas. Se manifiesta produciendo malformaciones en las raíces, y en la parte aérea de la planta con la presencia de retraso en producción, amarilleo de las hojas y por consiguiente muerte de la planta.

Los nemátodos que afectan al kiwi son tres: Meloidogyne hapla, M. Arenaria y M. Javanica.

Kiwis

Y otro de los problemas que se pueden presentar es el de los conejos en el caso de haberlos, causando daños importantes en las plantaciones debido a que roen el cuello y tronco de las plantas. La prevención consiste en proteger a la planta con una malla de unos 50 centímetros de altura.

Enfermedades
Una de las enfermedades que comienza a aparecer es la Botrytis cinerea. Este un hongo, que de atacar lo hace en el período de floración con tiempo húmedo pasando de las flores al fruto joven.

En cuanto a su tratamiento, se pueden aplicar productos con materias como Thiram, Captan y otros fungicidas.