La Lechuga

La India para algunos y distintas zonas templadas del mundo para otros, la verdad es que su origen no se tiene muy claro. Lo que si está claro, es que en la actualidad, las variedades existentes en el mercado son el resultado de la hibridación entre distintas especies.

Como cultivo, se remonta a una antigüedad de 2.500 años, siendo conocida por griegos y romanos, siendo al principio variedades de hojas sueltas. Las acogolladas vendrían después en la Europa del siglo XVI.

Lechuga en campo

Descripción
La lechuga pertenece a la familia Compositae y su nombre botánico es Lactuca sativa.

Es una planta anual. Su raíz pivotante, corta y con ramificaciones, no llega a sobrepasar los 25 cm. de profundidad. En cuanto a sus hojas cuyos limbos pueden ser lisos, ondulados o aserrados, están dispuestas en roseta, en unos casos se desarrollan de forma suelta durante todo su desarrollo (variedades romanas), y en otros se acogollan más tarde.

Su tallo es cilíndrico y ramificado. Y sus flores se presentan en capítulos amarillos dispuestos en racimos o corimbos. Sus semillas están provistas de un vilano plumoso para favorecer su dispersión mediante el viento.

Mercado
En estos últimos años, gracias tanto a la diversificación de variedades como al aumento de nuevas formas de consumo (cuarta gama, cogollos,…), el consumo de lechuga se ha incrementado considerablemente.

A nivel mundial, China es el mayor productor con unos 10.000.000 de toneladas anuales, le sigue Estados Unidos con la mitad más o menos, y en ese ranking continua ya España junto con Italia con cantidades que rondan el 1.000.000 de toneladas anuales cada uno.

En España, el área mediterránea concentra las principales zonas de producción profesional, habiendo también su cultivo por todo el estado en pequeñas plantaciones y sobre todo a nivel particular.

La programación de su cultivo proporciona su disponibilidad los 365 días del año, realizándose casi siempre su cultivo al aire libre.

Tipos de lechuga

Variedades de lechuga Clemente

La diversidad de tipos de lechuga existentes en el mercado, pueden clasificarse mediante las siguientes denominaciones:

    – Romanas. Técnicamente denominadas como “Lactuca sativa var. longifolia«, están compuesta por variedades de grandes hojas, con bordes enteros, un nervio central ancho y no forman un verdadero cogollo, necesitando en algunos casos de un “atado” para emblanquecer sus hojas interiores. Nombres conocidos son “Romana” y “Baby”.
    – Acogolladas. Denominadas técnicamente “Lactuca sativa var. capitata”. Estas sí forman un cogollo apretado de hojas, siendo nombres conocidos el de “Batavia”, “Mantecosa o Trocadero” e “Iceberg”.
    – De hojas sueltas.Técnicamente denominadas como “Lactuca sativa var. inybacea”. Estas poseen las hojas sueltas y dispersas, siendo nombres conocidos el de “Lollo Rossa”, “Red Salad Bowl” y “Cracarelle”. Son muy utilizadas para decoración de platos y como incorporación de toques de color en la IV gama.
    – Lechuga espárrago. Técnicamente denominadas como “Lactuca sativa var. augustaza”. Y pertenecen a este grupo aquellas que se aprovechan por sus tallos, teniendo las hojas puntiagudas y lanceoladas. Estas se cultiva principalmente en China y la India.

Esta mejora genética se basa tanto en la obtención de otros nuevos tipos de lechuga, formación de cogollos más compactos y la reducción del tamaño. Como decimos, dentro de estos tipos y subtipos, se han desarrollado multitud de variedades que amplían sus épocas de cultivo y ayudan a sorprender al cliente de consumo.

Variedades de lechuga de Clemente

Compra de semillas y variedades
A nivel particular, su cultivo al aire libre está supeditado a fechas en las que las condiciones climatológicas lo permitan. A favor y debido a las pequeñas dimensiones por lo general de su cultivo, pueden ampliarse esas fechas con la utilización de pequeños túneles o coberturas de protección.

Clemente Viven pone a la disposición de sus clientes una selección de variedades cuidadosamente estudiada en el que se contempla tanto su rusticidad de cultivo como la calidad en su consumo.

Rusticidad con el objeto de garantizar sin un conocimiento profesional del cultivo, unos buenos resultados. Y calidad porque al final debe de tener el “premio” en la mesa en una buena ensalada.

Uno de los grandes avances en este sentido en Clemente Viven, es la incorporación de variedades de lechugas ecológicas. Un cultivo puede realizarse mediante técnicas ecológicas, pero no lo es realmente si no se parte además de semillas que han sido obtenidas a partir de “plantas madres” cultivadas en un entorno también ecológico.

En todos los casos, las semillas se comercializan por variedades en sobres de 10 gramos o paquetes de 1 kilo. Y en ellos aparece una breve indicación sobre su cultivo en cuanto a fechas de plantación y recolección orientativas.

Cultivo
La lechuga permite el realizar la siembra directa o realizar previamente un semillero.

Huerto con lechugas

En este último caso, prepararemos unas bandejas de alvéolos de unos 3 por 3 centímetros y los llenaremos con un sustrato de los comercializados como “especial para semilleros”. Una vez allanadas las bandejas, depositaremos una semilla por alvéolo, la cubriremos muy ligeramente (unos cinco milímetros) y la regaremos con mucho cuidado para evitar que las semillas floten y se pierdan por la bandeja.

Tenemos que mantenerlas en un lugar protegido y saber que su temperatura óptima de germinación oscila entre 18-20ºC. Otros datos a saber es que una vez germinadas, durante la fase de crecimiento del cultivo se requieren temperaturas entre 14-18ºC por el día y 5-8ºC por la noche, pues la lechuga prefiere que haya diferencia de temperaturas entre el día y la noche. Por ejemplo, durante la fase del acogollado, se requieren temperaturas en torno a los 12ºC por el día y 3-5ºC por la noche.

Estos datos… muy técnicos por otra parte, sólo nos deben valer para saber si nos alejamos y en qué momentos durante el cultivo. De esta forma, si las desviaciones son muy grandes, saber que la marcha anormal del cultivo es debida a unas temperaturas no apropiadas y elegir una época distinta para su cultivo. Por ejemplo, cuando las temperaturas son bajas durante algún tiempo, sus hojas toman una coloración rojiza, que se puede confundir con alguna carencia.

La lechuga soporta peor las temperaturas elevadas que las bajas, ya que como temperatura máxima puede soportar hasta los 30 ºC y como mínima temperaturas de hasta –6ºC.

Una vez germinada la planta, a los 45 días más o menos en los que ya tiene entre 5-6 hojas verdaderas y una altura de 8 cm., desde el cuello del tallo hasta las puntas de las hojas y un cepellón bien formado, podemos transplantarla al suelo definitivo a un marco de distribución que explicaremos más adelante.

Otro aspecto importante es la humedad relativa. Su sistema radicular es muy reducido en comparación con la parte foliar, por lo que soporta mal los períodos de sequía por breves que estos sean. Lo ideal para la lechuga es una humedad relativa del orden entre el 60 al 80%.

Lechuga

El terreno preferido es el ligero, arenoso-limoso y con buen drenaje. Y aunque en ningún caso admite la sequía, es conveniente que esté el suelo en contacto con la planta más bien seco para evitar en lo posible la aparición de podredumbres a nivel de cuello.

Para ello, es importante en la preparación del terreno su acaballonado con unos 25 centímetros de altura mínimos, para que las plantas no estén en contacto con la humedad, además de evitar los ataques producidos por hongos.

La plantación debe hacerse de forma que la parte superior del cepellón quede a nivel del suelo. Y en cuanto a la densidad de plantación depende de la variedad que puede oscilar entre los 30 cm. entre plantas en línea en el caso del tipo Romana a menos de la mitad en el caso de las del tipo Baby.

Para el riego, el de goteo es de los mejores sistemas, sobre todo con escasez de agua. Estos se darán de manera frecuente y con poca cantidad cada vez, procurando que el suelo quede aparentemente seco en la parte superficial, para evitar podredumbres del cuello y de la vegetación en contacto con el suelo.

En cuanto a las técnicas de blanqueo, estas son empleadas sobre todo en variedades de hoja alargada como es el caso de las del tipo Romana. En este caso consiste en atar el conjunto de hojas con una goma o rafia muy flexible.

Campo de lechugas

Actualmente la mayoría de las variedades cultivadas acogollan por sí solas. Y en el caso de lechugas para hojas sueltas, el blanqueo se puede realizar con una especie de campanas de plástico opacas invertidas colocadas en el centro de cada lechuga. El blanqueo se realiza entre 5 y 7 días antes de la recolección.

Sobre el abonado, debemos saber que sobre el 60-65% de todos los nutrientes son absorbidos en el período de formación del cogollo, por lo tanto no tiene sentido abonar muy cerca de las fechas de recolección.

En la preparación del terreno, podemos aportar a razón de 3 kg/m2 de estiércol. Posteriormente, como la lechuga es una planta exigente en abonado potásico, especialmente en épocas de bajas temperaturas, habrá que tenerlo en cuenta, además del magnesio, elemento muy ligado a la potasa.

Sin embargo, hay que evitar los excesos de abonado, especialmente el nitrogenado, con objeto de conseguir una buena calidad de hoja y una adecuada formación de los cogollos.

El abonado de fondo puede realizarse a base de complejo 8-15-15, a razón de 50 g/m2. Posteriormente, en sistema de riego tradicional a manta, un abonado orientativo consistiría en el aporte de unos 10 a 15 g/m2 de nitrato amónico.

Para el control de las malas hierbas, lo mejor es ir eliminándolas desde el mismo momento de su aparición para evitar “competencia” con el cultivo. Sólo en el caso de una extensión de cultivo grande que justifique los tratamientos con herbicida deben de realizarse. En tal caso, las materias activas recomendadas son la Benfluralina, Pendimetalina y Propizamida principalmente.

Lechugas bajo invernadero

El momento de recolección puede considerarse “al gusto”, pero la madurez de la lechuga está basada en la compactación de la cabeza. Una cabeza compacta es la que requiere de una fuerza manual moderada para ser comprimida, es considerada apta para ser cosechada. Una cabeza muy suelta está inmadura y una muy firme o extremadamente dura es considerada sobremadura.

Plagas

    – Trips (Frankliniella occidentalis). Es una plaga transmisora del virus del bronceado del tomate (TSWV), provocando grandes necrosis foliares, y rápidamente éstas acaban muriendo.
    Entre las materias activas recomendadas se encuentran el Metiocarb, Formetanato, Fenitrotion y Lindano.

    – Minadores (Liriomyza trifolii y Liriomyza huidobrensis). Provocan galerías en las hojas y si el ataque de la plaga es muy fuerte la planta queda debilitada.
    Las materias activas recomendadas son Abamectina y Metidation + Piridafention.

    – Mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum). Produce una melaza que deteriora las hojas, dando lugar a un debilitamiento general de la planta.
    Las materias activas recomendadas son Alfa cipermetrin y Imidacloprid.

    – Pulgones (Myzus persicae, Macrosiphum solani y Narsonovia ribisnigri). El ataque de los pulgones suele ocurrir cuando el cultivo está próximo a la recolección. Estos colonizan las plantas desde las hojas exteriores, avanzando hasta el interior.
    Las materias activas recomendadas son Acefato, Alfa cipermetrin, Imidacloprid, Lambda cihalotrin…

Lechugas

Enfermedades

    – Antracnosis (Marssonina panattoniana). Se manifiesta con minúsculas lesiones que aumentan de tamaño hasta formar manchas angulosas-circulares, de color rojo oscuro, que llegan a tener un diámetro de hasta 4 cm.
    Las materias activas recomendadas son el Captan, Folpet, etc.

    – Botrytis (Botrytis cinerea). Comienza con unas manchas de aspecto húmedo que se tornan amarillas, y seguidamente se cubren de moho gris que genera una especie de polvillo.
    Las materias activas eficaces y recomendadas son el Benomilo, Captan, Iprodiona, Procimidona, Vinclozolina…

    – Mildiu Velloso (Bremia lactucae). Aparecen unas manchas de un centímetro de diámetro, y en el envés aparece un micelio velloso. Los ataques más importantes de esta enfermedad se suelen dar en otoño y primavera.
    Las materias activas recomendadas son Zineb, Benalaxil + Mancozeb, Captan…

    – Esclerotinia (Sclerotinia sclerotiorum). Se empieza a desarrollar sobre los tejidos cercanos al suelo, pues la zona del cuello de la planta es donde se inician y permanecen los ataques. Se recomiendan las materias activas Vinclozolina, Procimidona…

Virosis
En cuanto a las virosis, por lo general se manifiestan como deformaciones foliares y la mejor opción es eliminar las plantas afectadas. Para su control indirecto es mantener las plantas libre de ataques de insectos.

Entre las virosis más conocidas se encuentran el virus del mosaico de la lechuga (LMV) y el virus del bronceado del tomate (TSWV).

Lechugas

Fisiopatías
Se denominan fisiopatías a problemas en las plantas producidas por condiciones no atribuibles a plagas y enfermedades. Entre las más destacables en lechugas están el denominado “Tip burn” que se manifiesta como una quemadura de las puntas de las hojas más jóvenes y se origina fundamentalmente por la falta de calcio. También aparece por un excesivo calor, salinidad, exceso de nitrógeno y defecto de potasio, desequilibrio de riegos y escasa humedad relativa.

El espigado o subida de la flor también es derivado de diversos factores como el endurecimiento de la planta en primeros períodos de cultivo, fotoperíodos largos, elevadas temperaturas, sequía en el suelo y exceso de nitrógeno. Esta fisiopatía afecta negativamente al acogollado de la lechuga.

El enrojecimiento exagerado en las hojas se produce en época de bajas temperaturas durante el ciclo del cultivo de algunas variedades, sobre todo en las del tipo Trocadero.

El granizo afecta negativamente tanto por el daño directo como por el indirecto, ya que sobre las heridas pueden desarrollarse enfermedades no deseadas.

Y como último ejemplo de fisiopatía podemos mencionar la “Costilla rosada” o “pink rib”, que consiste en que la nervadura de la hoja adquiere una coloración rojiza. La sobremadurez de los cogollos y el almacenaje a altas temperaturas incrementan este desorden.