La Patata

Descripción
La patata es uno de los cultivos más extendidos en todo el mundo. De hecho, su consumo está dedicado a la alimentación humana en fresco, para alimentación del ganado, además de como materia prima para las industrias agroalimentarias de producción de patatas fritas, copos de patatas, patatas congeladas, etc.

Patata


Su nombre científico es Solanum tuberosum, y pertenece al género de las Solanáceas, al igual que otras conocidas hortalizas como por ejemplo el tomate, pimiento y berenjena. Es una planta anual, nace y muere el mismo año, de la que se aprovechan los tubérculos, engrosamientos provistos de material de reserva, principalmente almidón, que se forman en los tallos subterráneos.

¿Qué es un tubérculo?. Son los órganos comestibles de la patata. Están formados por un tipo de tejido donde se acumulan las reservas de almidón. En las axilas del tubérculo se sitúan las yemas de crecimiento llamadas “ojos”, dispuestas en espiral sobre la superficie del tubérculo.

Patata pregerminada

El cultivo de la patata se originó en la cordillera andina, donde esta planta evolucionó y se cruzó con otras plantas silvestres del mismo género, presentando una gran variabilidad. Su llegada a Europa fue hacia el siglo XVI por dos vías diferentes. La primera por España hacia el año 1570, y otra fue por las Islas Británicas entre los años 1588 y 1593, desde donde se expandió al resto del Antiguo Continente. Su desarrollo real comienza en el siglo XVIII, a partir de producciones marginales y que progresivamente van adquiriendo cierta importancia transcurridos 200 años.

La patata o papa, es un alimento saludable, apetecible y muy nutritivo. Hoy día resulta un alimento básico cultivado en las regiones templadas de todo el mundo. Dada la enorme cantidad de países que se dedican a su cultivo y la gran variedad de patatas existentes, su disponibilidad en los mercados está asegurada durante todo el año.

Variedades
En el mercado podemos encontrar multitud de variedades en función del destino de la producción, además de las que existen con un fuerte componente local. Todo ello fruto de diversas empresas que trabajan en la mejora genética con el objetivo de cubrir las demandas más exigentes.

Sin embargo, no todas estas variedades resultan ideales para todos los lugares ya que la climatología para su cultivo como los gustos culturales en su consumo juegan un papel muy importante.

La clasificación de las variedades a nivel profesional se realiza según los siguientes caracteres: color y textura de la piel, color de la “carne”, número de “ojos”, forma del tubérculo, aptitudes culinarias, características de los brotes y de la parte aérea, productividad, precocidad de la brotación, tuberización y cosecha, resistencia a plagas y enfermedades, etc.

Patata

Clemente ha seleccionado un “juego de variedades” destacadas tanto por sus buenas características en su consumo alimentario asociado al mercado español y portugués, como por su gran respuesta y facilidad a la hora de su cultivo.

Características varietales:
Jaerla.- Es de piel y carne amarilla, con una calidad culinaria buena y de firmeza al cocer. Su conservación es aceptable y está indicada para cultivos tempranos, siendo su rendimiento bueno.
Kenebeck.- De piel y carne blanca, con una calidad culinaria harinosa y recomendada especialmente para cocer. Su conservación es aceptable, está indicada para cultivos semitempranos y su rendimiento es muy bueno.
Monalisa.- De piel y carne amarilla, con una calidad culinaria apta para todo uso, siendo su conservación buena. Está indicada para cultivos semitempranos manteniendo un buen rendimiento.
Spunta.- Es de piel y carne amarilla, con una calidad culinaria buena y de firmeza al cocer. Su conservación es muy buena siendo indicada para cultivos semitempranos con rendimiento aceptable.
Desiree.- De piel roja y carne amarilla, con una calidad culinaria apta para todo con firmeza al cocer. Conservación muy buena, indicada para cultivos semitardíos, siendo su rendimiento muy bueno.
Baracca.- De piel y carne amarilla, con una calidad culinaria buena siendo bastante harinosa. Su conservación es buena eindicada para cultivos tardíos con un rendimiento muy alto.

En patatas, las precocidades van en función de los ciclos o tiempos necesarios para su cultivo. Así, las variedades tempranas necesitan sobre 90 días, las semitempranas entre 90 y 120 días, las semitardías entre 120 y 150 días y las tardías entre 150 y 200 días.

Varias patatas

Comercialización
Tradicionalmente, para el cultivo de la patata, las empresas ponen en el mercado a disposición de sus clientes tubérculos (las patatas en sí). Una vez adquiridos son troceados en tres a cinco trozos, respetando que en cada uno de ellos haya una o varias yemas (ojos) para asegurar su posterior brotación. Estos, trozos, son plantados enterrándolos en el campo y tras su germinación, nace de cada uno de ellos una nueva planta que al final de su cultivo producirá varios tubérculos.

Esta técnica de trabajar la patata en su troceado conlleva una serie de problemas para el aficionado. Entre ellos está el no saber por donde cortar exactamente, las heridas provocadas suelen ser focos importantes para la entrada de enfermedades, no se sabe detectar correctamente un tubérculo estropeado, etc.

Como solución a todo ello, en Clemente Viven hemos puesto en el mercado un producto muy técnico y de gran facilidad de uso; la “semilla de patata pregerminada”, siendo los únicos que la producimos y envasamos en España.

Caja patata pregerminada

A grandes rasgos, seleccionamos pequeños tubérculos de un calibre homogéneo procedentes de nuestros cultivos en Álava y Burgos. Estas patatas son sometidas a rigurosos controles de sanidad obteniendo la clasificación de “semilla de patata certificada”.

Una vez clasificada, se somete a un proceso en cámara con control de temperatura para inducirle a su pregerminación. Cuando esta comienza, se le paraliza y ya está lista para ser comercializada.

Entre sus ventajas se encuentran principalmente el que todas las patatas nacerán uniformemente, se gana precocidad en la producción, puesto que las patatas ya están brotadas, y se garantiza una mayor sanidad, puesto que se eliminan manualmente todas aquellas patatas que en la prebrotación se observó alguna anomalía.

En el punto de venta, estas patatas de siembra se encuentran en cajas con unos 100 tubérculos cada una, de calibre 28/42 y todos ellos de categoría “A”. Cada tubérculo dará tras su plantación una nueva planta con su correspondiente producción.

Patata

Estas cajas se pueden encontrar dentro de los expositores de Clemente Viven “Expositores de bulbos hortícolas” en los que además de 10 cajas de patata pregerminada hay otros productos como:
– Estolón Fresa de la variedad “Reina de los Valles”, con 3 bulbos por bolsa y 48 bolsas por expositor.
– Estolón Fresón variedad “Cegnidarem”, con 3 bulbos por bolsa y 48 bolsas por expositor.
– Garras de Espárrago blanco y Espárrago triguero, con 2 bulbos por bolsa y 12 bolsas por expositor de cada variedad.
– Cabezas de Ajo blanco y Ajo morado, con 2 bulbos por bolsa y 12 bolsas por expositor de cada tipo.
– Bulbos de Cebolla variedad “Stturgarter” amarilla, con 250 gramos por bolsa y 24 bolsas por expositor.
– Bulbos de Cebolla variedad “Snow Ball” blanca, con 250 gramos por bolsa y 12 Bolsas por expositor.
– Bulbos de Cebolla roja, con 250 gramos por bolsa y 12 bolsas por expositor.
– Bulbos de Chalotes, con 250 gramos por bolsa y 12 bolsas por expositor.

Cultivo
Como orientación, a nivel profesional, el calendario de recolección se centra principalmente entre los meses de marzo a junio en provincias limítrofes al Mediterráneo (Barcelona, Valencia, Murcia, Granada, Cádiz…) y entre agosto a noviembre las del interior y norte de España (La Coruña, Orense, Rioja, Alava, Burgos, León…).

Planta de patata

En cambio, a nivel particular, el calendario es mucho más elástico en función de la época de siembra del tubérculo, variedad elegida y características climatológicas de la zona donde se cultive.

Compra de la “semilla de patata pregerminada”
Un tema a tener muy en cuenta a la hora de cultivar la patata es comprar la “semilla de patata pregerminada” en el momento en que se vaya a realizar su siembra. Recordemos que está ya pregerminada y por lo tanto, lista para comenzar su proceso de emisión de raíces y tallo nada más entre en contacto con el terreno. Si se compra y se almacena excesivo tiempo, todo el trabajo realizado para disminuir el tiempo de cultivo y asegurar su éxito no habrá valido para nada. Como orientación, tras la compra no debería pasar más de dos semanas hasta su plantación.

Flor de patata

Es importante saber que la patata prefiere los suelos francos, arenosos y ricos, dando así tubérculos de carne ligera y suave. En cambio, los suelos húmedos y pesados dan lugar a tubérculos de carne más firme.

¿Cómo son las raíces de la patata?. Son fibrosas, muy ramificadas, finas y largas. Las raíces tienen un débil poder de penetración y sólo adquieren un buen desarrollo en un suelo mullido.

Época y modo de siembra
Por lo general, la época aconsejable de plantación se puede situar a principios de primavera, entre los meses de marzo hasta finales de mayo.

En la preparación del terreno debemos prestar un especial interés al suelo. Como planta de raíz, hay que asegurarse que dispone de un terreno suelto y más o menos profundo para desarrollar sin impedimentos su sistema radicular.

Si el terreno es muy pesado (arcilloso), podemos añadir un sustrato o mantillo y mezclarlo bien trabajando en una capa que puede oscilar entre los 20 a 30 centímetros de profundidad. En cuanto a la cantidad a añadir, dependerá del grado de soltura que necesite el terreno hasta conseguir que sea más suelto.

También es el momento de aportar un abono de fondo en el caso de ser necesario. Si anteriormente se ha cultivado en él una planta del tipo leguminosa como por ejemplo habas, el contenido en abono nitrogenado estará prácticamente asegurado. Si no, es conveniente añadirle un abonado mineral nitrogenado antes de remover la tierra. En el caso de querer cultivar la patata en un sistema ecológico, en vez de abono mineral es una buena opción el hacerlo con humus de lombriz u otro abono similar.

Una vez preparado, se procede a abrir surcos de 10 a 15 centímetros de profundidad. Sobre ellos se realizan agujeros cada 30 ó 40 centímetros y en cada uno de ellos se entierra un tubérculo de siembra procurando que quede hacia arriba con el mayor número de brotes. El tubérculo, tras ser cubierto, debe quedar a una profundidad de unos 5 centímetros. Tras su plantación, dar un buen riego.

Preparación del terreno

¿Qué es el acolchado en plantación?. Se trata de una técnica muy empleada en ciertas zonas productoras de patata extratemprana. Consiste, una vez preparado el terreno, en cubrirlo con una lámina plástica (polietileno negro). Seguidamente se procede a la siembra manual empleando una herramienta que agujerea el plástico y hace un pequeño hoyo en el suelo donde se introduce la patata de siembra.

Esta técnica conlleva un coste añadido, tanto del plástico como de la mano de obra necesaria. Pero entre sus ventajas se encuentran la precocidad por el mantenimiento de la temperatura del suelo, el control de las malas hierbas, ahorro del agua, disminución de la pérdida de nutrientes, reducción de los encharcamientos y mejora en la calidad final de la patata.

Riegos y abonados
A los pocos días, podremos ver como empiezan a salir unos pequeños brotes por la parte superior del surco. A partir de aquí, es conveniente dar riegos periódicos con el fin de que no le falte humedad durante todo el cultivo.

A medida que va creciendo la planta, se debe ir acollando tierra para favorecer su desarrollo radicular, además de ir eliminando el nacimiento de pequeñas hierbas que compitan con el cultivo.

A lo largo del cultivo, podemos seguir actuando en el abonado. En el caso del nitrógeno ya hemos hablado y se realizará de una sola vez en la preparación del terreno o sobre el caballón al principio del cultivo.

Otros dos elementos a tener muy en cuenta son el fósforo y la potasa. El primero actúa a favor del desarrollo de la raíz con la mejora que ello supone en la precocidad y formación de tubérculos, además de evitar el ennegrecimiento interno de la propia patata. El segundo ayuda de forma decisiva en la formación de fécula además de proporcionar a la planta una mayor resistencia a heladas, sequía, enfermedades y al final favorece la conservación del tubérculo.

Panorámica de cultivo de patata

La aportación de estos dos elementos se puede realizar en varias veces, repartidas a lo largo del cultivo.

Si el riego es tradicional (inundación) o por aspersión, el abono se aporta repartido por el surco. Si es mediante goteo, el abonado se realiza disuelto en el agua de riego. En este caso, siempre es aconsejable fertilizar muy poco pero en cada riego, evitando la pérdida de fertilizante por lavado del terreno.

Malas hierbas
A nivel particular, las extensiones de cultivo suelen ser reducidas. Por ello, el mantenimiento del terreno de malas hierbas es fácil y puede realizarse prácticamente de forma manual. Sabemos que existe una fuerte competencia entre el cultivo de la patata y las malas hierbas, ya que condicionan el rendimiento y facilitan las labores de recolección. De ahí su eliminación.

En caso de recurrir a productos químicos como son los herbicidas, debemos saber que estos, los recomendados, actúan en la capa superficial del terreno donde son absorbidos por las raíces adventicias de las malas hierbas, sin afectar a la patata, puesto que al ser plantada más profunda su sistema radicular está exento de herbicida.

Su aplicación puede realizarse de dos formas. Una es en forma de tratamiento de preemergencia (nada más terminar de plantar la patata y antes de que esta brote). Su aplicación es sobre el caballón, debiendo estar este ligeramente húmedo. Saber que se puede presentar una fitotoxicidad en dos casos particulares: si la aplicación es demasiado tardía o si se producen precipitaciones después del tratamiento.

Panorámica de cultivo de patata

Otra forma es durante la post-emergencia (cuando la planta ya ha brotado). En este caso se deberán aplicar herbicidas específicos totalmente selectivos del cultivo. Entre las materias activas recomendadas para este caso se encuentran el Fluazinop-p-butil 12,5%, Cicloxidin 10%, Haloxifop-R 10,4%, Aclonifen 60%, Terbutrina 49% y la Bentazona 48%.

En todos los casos, es conveniente asesorarse adecuadamente con el responsable del centro donde se venden estos productos. Y nunca superar las dosis recomendadas.

Recolección
A finales de verano o ya en otoño, según la variedad, fecha de plantación y zona de cultivo, la plantas empiezan a toman un color amarillento y se vuelven quebradizas. Llega el momento de la recolección.

Para ello y con ayuda de una azada, se procede de forma cuidadosa, para no dañar los tubérculos, a desenterrarlos dejándolos un par de días o tres al aire libre para que se sequen. Y una vez secos, se almacenan bajo cubierto en un lugar fresco y seco.

En el mercado, las patatas se encuentran ya lavadas y limpias. Pero a nivel particular, es conveniente guardarlas tal y como se recogen del campo; con tierra pero seca. Si se lavan, además del trabajo que ello lleva, existe la posibilidad de facilitar su pudrición, sobre todo si les hemos causado heridas involuntarias durante el desenterrado.

Recolección de patata

Fisiopatías
Entendemos por fisiopatías problemas que se presentan en el tubérculo o la planta y que no corresponden a ninguna plaga o enfermedad, si no más bien a un problema vinculado con la climatología o método de cultivo.

Entre ellas están por ejemplo:

    – Enverdecimiento del tubérculo. Este se producen como consecuencia de la exposición directa de los tubérculos a la luz. Los tubérculos adquieren un color verdoso y acumulan una sustancia llamada solanina. Para evitarlo cubrirlos con tierra en cuanto se queden al descubierto durante el cultivo.

    – Asolanado. Los tubérculos adquieren un color verde-bronceado, dando lugar a la muerte de las células que están situadas bajo las zonas decoloradas. Se produce si los tubérculos están expuestos a la luz directa y además las temperaturas son muy elevadas.

    – Tubérculos en racimo. Es una anomalía que induce la aparición de unos tubérculos detrás de otros. Ocurre sobre todo en variedades tardías que son sembradas con retraso, produciendo una interrupción en la tuberización y el desarrollo excesivo de la parte aérea.

    – Tubérculos deformes. Es cuando se producen tubérculos de diferentes tamaños por distintas causas como pueden ser: el almacenamiento en lugares demasiados oscuros, el aporte irregular de agua, el exceso de temperatura durante la tuberización, suelos compactados, etc.

    – Tubérculos ahuecados y con grietas. Estas dos anomalías se producen conjuntamente debido a distintas causas entre las que destaca el aporte excesivo de nitrógeno durante el último período en el ciclo del cultivo.

Plagas
Entre las más comunes se encuentran:

    – Escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata). Es la plaga más popular de la patata. Se trata de un insecto procedente de Estados Unidos. El adulto tiene forma oval, siendo de color amarillento en unas partes y rojizo en otras con manchas y rayas negras. Los huevos son de color amarillo con forma alargada, siendo su tamaño mayor de un milímetro. Los huevos se agrupan y se fijan por uno de sus extremos al envés de las hojas de la patata. Las larvas desarrolladas miden entre 10 y 15 mm de longitud, siendo su cuerpo de color rojizo con una doble fila de manchas negras en ambos costados del abdomen.
    Los daños son producidos por los escarabajos y por sus larvas, llegando a destruir las hojas, brotes y tallos tiernos, dando lugar a la paralización del desarrollo de los tubérculos. Los ataques producidos no influyen en la calidad de la patata, que sigue siendo apta para el consumo, sino sólo en la cuantía de la cosecha.
    Su control es mediante los tratamientos con insecticidas poco antes de que las larvas causen mucho daño. Entre las materias activas recomendadas están Lambda Cihalotrin, Carbaril, Deltametrín, Napropamida, Benfucarb y Betaciflutrín.

    Escarabajo de la patata

    – La Polilla de la patata (Phtorimaea operculella). Es una pequeña mariposa de 7-9 mm de longitud que inicia su ciclo realizando la puesta de huevos sobre los montones de patatas recién recolectados. Sus larvas realizan galerías en el interior de los tubérculos, afectando de forma negativa a la calidad de los mismos.
    Su control comienza con la siembra profunda, aporcar bien y mantener el suelo bien regado y sin malas hierbas. Emplear patatas de siembra libres de polillas. Realizar los tratamientos con insecticidas en vegetación cuando se vean volar los adultos. Y retirar lo antes posible la patata del campo.
    Entre las materias activas están Deltametrín, Carbaril, Clorpirifos, Diazinon y Endosulfan.

    – Gusano de alambre (Agriotes sp.). Es un gusano que mide alrededor de 20 mm de longitud y poseen un cuerpo duro que les proporciona cierta rigidez. El gusano inverna en las capas profundas del suelo y en primavera llega a la zona radicular. Los tubérculos atacados presentan pequeñas oquedades, pero en ataques tempranos el tejido cicatriza alrededor del agujero de entrada.
    Para su control aplicar insecticidas al suelo en el momento de la siembra. Y entre las materias activas se encuentran el Benfuracarb, Cadusafos y Clormefos.

    – Gusanos grises (Agrotis sp.). El insecto adulto realiza la puesta en primavera sobre las hojas de patata o malas hierbas o en el suelo. La larva mide alrededor de 4 mm de longitud, se alimenta por la noche destruyendo la zona del tallo, y como consecuencia la planta muere rápidamente. La oruga también se alimenta del tubérculo, en el que el daño se manifiesta por las oquedades que deja en las zonas comidas.
    Para su control, utilizar insecticidas a base de Deltametrín.

    – Pulgones. Existen cinco especies de pulgones que se reproducen frecuentemente sobre el cultivo de la patata, aunque puedan o no convivir en la misma zona. Además del daño que producen al chupar la savia de las plantas y la presencia de fumagina (una especie de tizne), causan graves daños como transmisores de virosis.
    Entre ellos se encuentra el pulgón del aliso (Aphis frangulae), pulgón estriado de la patata (Aulacorthum solani), pulgón del melocotonero y de la patata (Myzus persicae), pulgón verde y rosado de la patata (Macrosiphum euphorbiae) y el pulgón de los gérmenes de la patata (Rhopalosiphoninus latysiphon). Todos ellos actúan de forma similar y su control es el mismo, mediante insecticidas a base de Alfa Cipermetrín, Benfuracarb, Alfa Cipermetrín + Clofenvifos, Cipermetrín, Deltametrín, Diazinon, Dimetoato, Endosulfan, Fosalon, Lambda Cihalotrín y Napropamida.

    Depredador del pulgón

    – Nemátodos. Son gusanos de pequeño tamaño, inapreciables a simple vista que se alimentan a expensas del sistema radicular de la patata. Gran parte de su ciclo de vida transcurre en la planta, estando temporalmente en el suelo en estado de reposo. Producen el debilitamiento de la planta, dando lugar a un enanismo, amarillamiento y una disminución en la producción.
    Como control, no emplear patatas de siembra procedentes de zonas infectadas o que no estén certificadas por algún servicio oficial de control. Clemente Viven garantiza su sanidad a este respecto. Realizar rotaciones de cultivos de manera que pase el mayor tiempo posible entre un cultivo de patata y otro. Y aplicar nematicidas cuyas materias activas son Cadusafos y Benfuracarb.

Enfermedades
Entre las enfermedades que pueden aparecer en el cultivo o almacenaje de la patata destacamos:

    – Mildiu o tizón tardío (Phytophtora infestans). Se trata de la enfermedad más importante que afecta al cultivo de la patata. La infección se produce al descender las temperaturas e incrementarse la humedad, aunque también es necesario un aumento de las temperaturas para la germinación de las esporas del hongo. Los síntomas son unas manchas de color verde situadas cerca de los bordes de las hojas, que evolucionan a color negro y se diseminan hacia el tallo. Si el ataque es muy fuerte puede incluso afectar a los tubérculos, dando lugar a podredumbres.
    Su control para los tubérculos consiste en la recolección y eliminación de los afectados antes de almacenarlos. Durante el almacenamiento que la ventilación sea la adecuada, manteniendo la temperatura lo más baja posible. Y en cultivo con la aplicación de funguicidas protectores a base de materias activas como Azufre micronizado + Carbaril + Oxicloruro de Cobre, Captan, Benalaxil + Cimoxanilo + Folpet, Cimoxanilo + Propioneb, Oxoicloruro de cobre, Mancozeb, etc.

    – Negrón de la patata (Alternaria solani). Esta enfermedad suele afectar a los tallos y hojas de la patata y en menor medida a los tubérculos. La infección comienza en las hojas más viejas, dando lugar a pequeñas manchas circulares que van oscureciendo a medida que crecen. En ocasiones las lesiones presentan anillos concéntricos de color variable entre marrón oscuro y negro. El desarrollo de la enfermedad tiene lugar durante los periodos de humedad y sequía de forma alternativa.
    Para su control, realizar una rotación de cultivos amplia, dejar que los tubérculos maduren bien antes de la recolección para evitar heridas durante la cosecha, mantener durante todo el ciclo del cultivo una buena nutrición mineral, y aplicar fungicidas de forma preventiva del tipo Mancozeb, Folpet, Difenoconazol y Captan por ejemplo.

    Planta de patata

    – Viruela de la patata (Rhizoctonia solani). Esta enfermedad tiene una amplia distribución geográfica, pues se localiza en cualquier zona donde se cultiven patatas. En los tubérculos aparecen unas pústulas parduzcas que posteriormente evolucionan a podredumbres. Los daños más graves se producen en primavera, después de la siembra; ya que el hongo ataca los brotes subterráneos retrasando su emergencia. En los campos de cultivo se observa el nacimiento y crecimiento desigual de las plantas, por tanto se produce una disminución del rendimiento.
    Su control con medidas como el establecer rotaciones amplias, si se prevé una elevada humedad del suelo y temperaturas bajas, se aconseja sembrar superficialmente para acelerar la emergencia.

    – Fusarium solani. Este hongo afecta al cultivo de la patata provocando tres problemas fundamentales: marchitez en la planta comenzando por un amarillamiento de las hojas inferiores; pudiendo aparecer hasta una podredumbre en la corteza de la parte subterránea del tallo, podredumbre seca en los tubérculos de almacenaje en las lesiones que se inician en las heridas extendiéndose lentamente, y podredumbre del tubérculo madre sembrado infectadas a través de las heridas.
    Para su control emplear material vegetal sano, establecer una rotación de cultivos amplia, evitar heridas durante la recolección y almacenaje y mantener la ventilación adecuada y la humedad relativa elevada durante el almacenaje.

    – Moho gris (Botrytis cinerea). Esta enfermedad se observa en condiciones de humedad elevada y temperaturas frescas. Produce una necrosis rodeada de un halo verde muy pálido en el haz de las hojas, pudiendo extenderse hacia las flores que acaban desprendiéndose y pudriendo la superficie del haz.
    En su control aplicar fungicidas durante el ciclo del cultivo a base de Captan, Cimoxanilo + Folpet, Diclofluanida + Oxadisil, Folpet, etc.

    – Antracnosis (Colletotrichum coccodes, C. trifolli). Esta enfermedad produce manchas grises sobre los tubérculos y un amarillamiento del follaje que acaba en una marchitez. Se observa sobre todo en suelos arenosos, con débil o excesivo contenido en nitrógeno, mal drenados y con elevadas temperaturas.
    Para su control mantener una fertilización adecuada, realizar rotaciones cada tres años como mínimo y emplear fungicidas cuyas materias activas sea del tipo Oxicloruro de Cobre + Zineb, Captan, Mancozeb + Oxicloruro de Cobre + Zineb, Mancozeb + Metalaxil, Folpet + Sulfato Cuprocálcico, Folpet, etc.

    Flores de patata

    – Pie negro (Erwinia carotovora). Se trata de una bacteria que produce numerosas pérdidas en la mayor parte de los países productores; se encuentra en la superficie de los tubérculos y en condiciones idóneas produce la podredumbre del material vegetal antes de la emergencia de las plántulas, avanzando hasta el tallo.
    Durante la conservación, en contacto con el aire producen un ennegrecimiento del contenido celular, desprendiendo un olor nauseabundo característico.
    Su control se basa principalmente en emplear material vegetal libre de esta enfermedad, evitar plantar en suelos fríos y húmedos, impedir el riego excesivo, mantener una higiene rigurosa en el campo (eliminar residuos de plantas, desinfectar la zona de almacén, limpiar bien las herramientas y maquinaria agrícola), manipular cuidadosamente la patata durante la recolección, recolectar con tiempo seco para facilitar el secado y la cicatrización de heridas, realizar amplias rotaciones de cultivos…

    – Marchitez bacteriana (Pseudomonas solanacearum). Es una bacteria y ocasiona importantes pérdidas cuando no se controla adecuadamente. Los síntomas que provocan son la marchitez, enanismo y amarillamiento del follaje en cualquier estado de desarrollo del cultivo. Se puede identificar si se realiza un corte transversal en el tallo y se observa la presencia de pequeñas gotas brillantes de color castaño grisáceo que exudan del corte. En el tubérculo el síntoma de la enfermedad se manifiesta con círculos marrones al hacer un corte transversal.
    Para su control el emplear material vegetal certificado, realizar rotaciones de cultivos amplias evitando el cultivo de otras solanáceas que sirven de hospedantes, etc.

Virosis
Por último, podemos mencionar algunos tipos de problemas de carácter virótico. Son difíciles de detectar y siempre la mejor solución es eliminar las plantas afectadas.

Panor�¡mica de cultivo de patata

Dado que a nivel de aficionado no son tan problemáticas estas virosis, y si se presentan son difíciles de identificar, pasaremos a nombrarlas solamente. Entre ellas el “Virus del enrollado de la patata” (PLRV) y el “Virus Y de la patata” (PVY).

Curiosidades
Alimentación y Nutrición
La patata es una buena fuente de energía, con alto contenido en folato, vitamina C, vitaminas del grupo B, hierro y potasio. Es peligroso consumir patatas color verdoso porque contienen un compuesto (solanina) que en grandes cantidades puede ser tóxico.

Las 80 calorías por 100 gramos que aporta una patata, asada o cocida, se pueden triplicar si se consume frita o guisada.

La patata contiene un 77% de agua, es una fuente importante de almidón y de sustancias minerales como el potasio. Destacan las vitaminas B6 y C en el momento de la recolección (en la piel) pero durante el almacenamiento y la cocción de este alimento, su contenido se ve significativamente reducido.

La patata de carne amarilla tiene mayor contenido en pro-vitamina A que la de carne blanca. Su valor calórico no es elevado y lo ideal es tomarlas hervidas o cocinadas al vapor o asadas al horno con su piel, ya que es la forma en que conservan mejor sus propiedades nutritivas.

Plato de patatas

Dado su elevado contenido de potasio, aquellas personas que padecen del riñón y que bajo prescripción médica precisan de una dieta baja en dicho mineral, deberán tener en cuenta que antes de su consumo, se han de dejar las patatas en remojo mayor de 10 h (cambiando el agua cuantas veces sea posible) para que el potasio pase al agua, la cual se deberá desechar siempre.

Trucos
Guardar las patatas cocidas: Si se han pelado patatas de más, es posible guardarlas 4 días más sin que se pongan negras colocándolas en agua fría con un chorrito de vinagre en la nevera.

Para conservar al máximo sus propiedades nutritivas, a la hora de cocinarlas, no ponerlas a remojo ni cocerlas durante mucho tiempo ni con demasiada agua y en lo posible, cocerlas o prepararlas asadas con su piel y utilizar la olla a presión.