PLAGAS Y ENFERMEDADES MÁS COMUNES EN ROSALES Y ARBUSTOS
De manera sencilla se describen las principales enfermedades e insectos parásitos que nos podemos encontrar en nuestros rosales y arbustos. Sepa reconocerlos para poder aplicar los tratamientos oportunos.
INSECTOS
Ácaros: pequeñísimas arañas, rojas o amarillas, a menudo imperceptibles a simple vista que aparecen sobre todo en veranos secos y calurosos. Se encuentran en el envés de las hojas formando pequeñas telarañas. Para prevenir su aparición en veranos muy secos, conviene regar mojando las hojas al atardecer. Si aparecen en los rosales emplear tratamientos acaricidas a base de dicofol u otras materias activas específicas para ácaros.
Caracoles y babosas: al anochecer, sobre todo en noches frescas, salen a masticar los tallos, hojas y flores, dejando tras ellos un rastreo brillante. Existen trampas y cebos que permiten proteger las plantas.
Pulgones: pequeños insectos de color negro o verde que aparecen en hojas y brortes tiernos. Las hojas comienzan a amarillear, a veces se enrollan y caen. La presencia de hormigas por la zona es indicador de su pronta aparición. Desde el momento en que aparecen hay que combatirlos con productos biológicos o químicos específicos.
ENFERMEDADES
Mildiu: es un hongo que afecta numerosas plantas del jardín. La parte superior de las hojas se llenan de manchas amarillentas que se extienden progresivamente. La humedad favorece el desarrollo de este hongo, por ello conviene regar solamente al pie de los rosales sin mojar las hojas. Si el tiempo es muy húmedo conviene tratar las plantas con caldo bordelés o productos químicos a base de mancozeb o cimoxanil.
Oidio: otro hongo que puede aparecernos en los rosales y algunos arbustos de hojas tiernas. Cubre las hojas de una capa pulverulenta de color blanco. Productos a base de azufre previenen de esta enfermedad. Si el ataque es intenso aplicar productos químicos a base de miclobutanil o triforine.
Roya: se manifiesta por la aparición de manchas amarillas , anaranjadas o pardas en la parte superior de las hojas. Se debe aplicar cuanto antes un fungicida a base de miclobutanil o propiconazol.
PREVENIR MEJOR QUE CURAR
La mejor forma de defendernos de su aparición es pasear por nuestro jardín y observar y vigilar las hojas y brotes tiernos de nuestros rosales y arbustos. También algunos trucos evitan sus apariciones; regar sin mojar las hojas; aplicar abonos para que las plantas se encuentren fuertes; eliminar los restos de poda, hojas y flores de los alrededores; eliminar malas hierbas; en veranos muy secos pulverizar las hojas de los rosales al atardecer; en verano espolvorear con azufre en polvo el suelo cerca de los rosales; desinfectar con alcohol las tijeras de poda, utilizar productos biológicos preventivos.
Si el ataque lo tenemos muy extendido habrá que recurrir a tratamientos químicos para solucionar el problema.