El Jacinto

El jacinto es nativo de Turquía, Siria y Líbano, cultivándose en Europa desde el siglo XVI, siendo introducido desde Turquía a mediados de 1500.

Descripción
El jacinto pertenece a la familia Liliaceae, siendo su nombre científico el Hyacinthus orientalis.

Inflorescencia de Jacinto

Es una bulbosa de unos 30 centímetros de altura, con 4-6 hojas lineares, carnosas, erectas, de 15-35 centímetros de altura, de color verde intenso.

Su escapo floral es grueso en inflorescencia en modo de racimo con numerosas flores fragantes de diversos colores: azul violeta, rosado, blanco o amarillo.

El jacinto en el mundo
Los Países Bajos producen el 95% del total mundial, siendo el principal productor Holanda con más de 1.000 hectáreas destinadas a este cultivo aunque se encuentran también cultivos de esta planta en Francia (con 10 hectáreas) y Japón.

Los Países Bajos, encabezados por Holanda, son también los mayores exportadores europeos gracias a unas condiciones climatológicas propicias y al amplio conocimiento del mercado que controlan desde hace varias décadas.

Entre los principales grupos de jacintos de encuentran el “Jacinto de Holanda” que es rústico, con una o dos inflorescencias por bulbo, son perfumados y existe una amplia gama de colores. De floración sobre mediados de marzo.

Jan Bos, Mezcla, Pink Pearl de Clemente Viven

Y el “Jacinto romano” producidos en la riviera francesa e italiana que producen muchas inflorescencias (de 2 a 3), son de floración muy temprana.

Las variedades de Clemente Viven
En el catálogo de bulbosas de otoño que tienen en el mercado Clemente Viven, podemos encontrar las siguientes variedades: «Camergil» en color blanco, «City of Haarlem» en amarillo, «Delft blue» en azul, en color salmón «Gipsy Queen», «Jan Bos» en color fucsia, «Marie» en azulón, «Pink Pearl» en rosa y «Queen of the Pinks en un rosa más claro. Por supuesto también se sirve esta especie en mezcla de colores con todas las variedades antes mencionadas.

La presentación es en bolsa con un bulbo, en caja con 25 bulbos y a granel, todos ellos con un calibre 17/18.

Su cultivo
Su multiplicación es mediante bulbillos, pero dada la escasez que produce, normalmente se deja esta tarea a las empresas especializadas en ello.

El jacinto es una de esas bulbosas que se puede cultivar tanto en jardines, ya que se presta a adornar avenidas, borduras, rocallas y prados, como en macetas y también en recipientes con agua; siendo además muy apreciada por su perfume.

Los bulbos de flor se comercializan prácticamente en seco y en mucha menor cantidad plantados en maceta.

Marie, Camegil, Gipsy Queen de Clemente Viven

Para su cultivo en maceta, se plantarán uno o varios bulbos, dependiendo del tamaño de la maceta, en un sustrato muy suelto y cubriéndolo únicamente 2/3 de su tamaño. Con una temperatura ambiente en el hogar, el bulbo comienza su brotación y en pocas semanas dará su atractivo escapo floral.

También existe el sistema de cultivo en agua. Para ello existen recipientes especiales que presentan un estrechamiento en su parte superior formando como una copa. El bulbo se colocará en el estrechamiento y el agua en la parte más alargada del vaso, de manera que el bulbo no esté en contacto con el agua y en cambio las raíces se desarrollen en ella y a lo largo de todo el recipiente. Cada quince días se cambia el agua.

Para el cultivo en jardines se plantan en otoño por grupos de igual colorido, a una profundidad de unos 10 centímetros, para la decoración de macizos y césped.

Queen of the Pinks, City of Haarlem, Delft blue de Clemente Viven

Plagas y enfermedades
El jacinto no suele tener plagas durante el cultivo final.

Enfermedades

    – Podredumbre de los bulbos (Sclerotinia bulborum)
    Esta enfermedad es capaz de destruir las plantas en poco tiempo. Produce un amarilleo en las hojas y podredumbre del bulbo.
    Para su control, realizar pulverizaciones y espolvoreos con diferentes materias activas como Thirame, Quintozeno, etc.

    – Bacterioris (Xanthomonas jacinthi)
    Esta enfermedad, también llamada enfermedad amarilla, produce la podredumbre del bulbo.
    No existen remedios para su control. La opción pasa por la destrucción de las plantas enfermas y plantar los bulbos sanos, además de desinfectar las herramientas de trabajo.