Si bien se tiene conocimiento del guisante desde hace más de 7.000 años antes de Cristo por haberse encontrado restos carbonizados de sus semillas en asentamientos neolíticos, su uso es muy reciente en Europa, habiendo sido introducido probablemente desde Palestina o Egipto en las zonas orientales europeas del mediterráneo.
Hasta el siglo XVI el guisante se utilizaba como grano seco y como forraje, y a partir de entonces comenzó a usarse el grano en fresco.
El guisante es una especie anual, que se extiende por casi todo el mundo, adquiriendo una mayor importancia en la industria, tanto conservera como de congelación.
A nivel mundial, la India es el mayor productor con casi 4 millones de toneladas en verde producidas al año, le sigue China con 1,7 millones, Estados Unidos con unas 800.000 toneladas, Francia con medio millón… estando España muy por debajo de esta última cifra con unas 60.000 toneladas.
Descripción
El guisante pertenece a la familia de las Leguminosae, subfamilia de las Papilionoideas, siendo su nombre científico Pisum sativum L.
Su sistema radicular es poco desarrollado en conjunto, aunque posee una raíz pivotante que puede llegar a ser bastante profunda.
Sus tallos son trepadores y angulosos. Existe diversidad de variedades dando lugar a tres grupos denominadas enanas, de medio enrame y de enrame. Sus hojas tienen pares de foliolos y terminan en zarcillos, que tienen la propiedad de asirse a los tutores que encuentran en su crecimiento.
La inflorescencia es racemosa y cada racimo lleva generalmente 1 ó 2 flores, pero también hay casos de tres, e incluso 4 y 5, aunque estos últimos son raros. Las flores tienen 5 sépalos y las vainas posteriores a su fecundación tienen de 5 a 10 cm de largo y suelen tener de 4 a 10 semillas, siendo de forma y color variable según variedades.
Las semillas de guisante tienen un peso medio de 0,20 gramos por unidad; el poder germinativo es de 3 años como máximo, siendo aconsejable emplear para la siembra semillas que tengan menos de 2 años desde su recolección.
Variedades
En las variedades del guisante se tienen en cuenta características como son la precocidad (tempranos, medios y tardíos), la forma de la semilla en la madurez (lisos o arrugados), el color de la semilla en la madurez (verde, amarillo o blanco), el tamaño de la planta (bajo o enano cuando su altura es menor de 0,4 metros; semi-trepador entre 0,8-1 metros; trepador o enrame cuando es de 1,5-2 metros) y la utilización de la producción (vainas y semillas para consumo directo, o para industria conservera y de congelación).
Para la congelación se prefieren las variedades de grano rugoso que son algo más dulces y también interesa el tamaño grande y el color verde intenso. Sin embargo, para la industria conservera se prefiere el grano redondo, liso, pequeño y también de color verde.
Entre las variedades que comercializa Clemente Viven se encuentran de porte alto “Maravilla de Etampes” y “Teléfono”, de porte bajo “Lincoln”, “Petit Provenzal” y “Cometodo”, de porte medio “Principe Alberto”, “Rondo” y “Senador”. Otras variedades son “Bayard”, “Capuchino”, “Negret”, “Televisión”, “Tirabeque”, “Vertirroy”, “Islam”…
Las variedades comercializadas por Clemente Viven según de la que se trate, se presentan en envases de 100, 250 y 1000 gramos o a granel.
Suelo y clima
El guisante requiere para su cultivo de un clima templado y algo húmedo, helándose con temperaturas por debajo de -3 ó -4ºC, deteniendo su crecimiento cuando las temperaturas empiezan a ser menores de 5 ó 7ºC, teniendo su desarrollo vegetativo óptimo con temperaturas comprendidas entre 16 y 20ºC. El mínimo se encuentra entre 6 y 10ºC y el máximo en más de 35ºC.
El guisante va bien en los suelos ligeros de textura silíceo-limosa. En los calizos puede presentar síntomas de clorosis y prospera mal en los suelos demasiado húmedos y en los excesivamente arcillosos.
Cultivo
El guisante requiere que la tierra quede suelta, bien aireada y mullida. Es un cultivo de invierno-primavera, aunque según las regiones puede sembrarse también en otoño e incluso prolongándose hasta finales de primavera.
La siembra es directa, colocando cada semilla a una profundidad de 4 a 5 cm. La siembra a golpes debe realizarse separando los golpes en las líneas de 30 a 40 cm.
Desde que germinan las plantas hasta que se inicia la floración, suelen transcurrir entre 90 y 140 días, según variedades y la temperatura de cultivo.
Para variedades de enrame, el cultivo puede disponerse en cuadros ya que facilita la labor de entutorado de las parcelas.
El guisante no necesita mucha humedad y los riegos han de ser moderados. El primero antes de la siembra para que el suelo tenga humedad suficiente cuando reciba la semilla. Después, si el cultivo es de otoño-invierno, con un par de riegos es probable que sea suficiente, si es de invierno-primavera necesitará de 3 a 4 riegos.
Como épocas importantes, en cuanto a la necesidad de humedad, hay que considerar la de floración y cuando las vainas están a medio engrosar.
El guisante es también poco exigente en abonos minerales. Es aconsejable echar antes de la siembra unos 25 gramos por metro cuadrado de abono complejo 8-15-15. La posterior simbiosis con Rhizobium debería permitir el cultivo con bajo aporte de nitrógeno.
Durante el cultivo, cuando el sistema de riego es por inundación, es común el aporte de nitrógeno a razón de 2 g/m2, sin que el total rebase los 10 g/m2.
Al alcanzar las plantas los 10 a 15 cm de altura, conviene trabajar el terreno para dejar la tierra mullida y destruir las malas hierbas que hubieran nacido.
Para su recolección, debemos saber que las fechas están ligadas a las fechas de siembra, a las características climáticas de la zona y a la precocidad de la variedad. El momento de la recolección será cuando las vainas estén llenas pero no dejando que los granos se endurezcan; como síntomas se utilizan el que los tegumentos se desprendan fácilmente al presionar los granos y que tanto éstos como las vainas mantengan exteriormente su color verde característico.
Plagas y enfermedades
Plagas
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– Polilla del guisante (Laspeyresia nigricana).
Es una mariposa oscura que pone sus huevos en las hojas del guisante en floración, a partir del mes de junio. Sus jóvenes orugas, penetran en las vainas y se comen el interior de los granos, tirando los residuos al exterior.
Para su control, tratamientos a base de materias activas como Acefato.
– Pulgón verde (Acyrthosiphon pisum Harris).
Afecta a la vegetación del guisante, haciéndola más débil, e incluso a la formación de las vainas.
Para su control, tratamientos a base de materias activas como Acefato, Alfa Cipermetrin, Permetrin, etc.
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– Sitona (Sitona linetus L.).
Es un escarabajo que roe de una forma muy regular los bordes de las hojas, quedando éstas con un festoneado muy característico.
Para su control, tratamientos a base de materias activas como Triclorfon, Carbaril, etc.
– Trips del guisante (Kakothrips robustus Uzel).
Su ataque a través de sus picaduras produce deformaciones de las vainas y los foliolos adquieren una tonalidad plateada.
Para su control, tratamientos a base de materias activas como Dimetoato, Fosalona, Talometrina, etc.
Enfermedades
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– Oidio del guisante (Erysiphe poligoni D.C.).
Las plantas afectadas se cubren con un polvo blanquecino que ocupa el haz de sus hojas.
Para su control, tratamientos a base de materias activas como Bupirimato.
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– Antracnosis o rabia del guisante (Ascochyta pisi Lib.).
Este hongo ataca a los tallos, hojas y vainas, iniciándose la enfermedad con la aparición de unas manchas redondeadas de unos 5 mm. de diámetro de color amarillo con los bordes más oscuros.
Para su control, tratamientos a base de materias activas como Captan, Folpet, Mancozeb, Maneb, etc.