El limonero, pertenece al grupo de los cítricos, teniendo su origen hace unos 20 millones de años en el sudeste asiático. Fue introducido por los árabes en el área mediterránea entre los años 1.000 a 1.200, habiendo experimentando numerosas modificaciones debidas tanto a la selección natural mediante hibridaciones espontáneas como a las producidas por el hombre, en este caso buscando las necesidades del mercado.
Descripción
Técnicamente pertenece a la familia Rutaceae, género Citrus y especie Citrus limon.
Su porte arbóreo tiene una tendencia abierta y en sus ramas presenta espinas muy cortas y fuertes. Sus hojas lanceoladas, poseen la característica de desprender al tacto un suave perfume.
En cuanto a sus flores, son solitarias o en pequeños racimos, floreciendo más o menos de forma continua, ya que es el cítrico más tropical junto al pomelo.
Su fruto, técnicamente un hesperidio, de corteza más o menos gruesa que guarda en su interior los gajos y con ella su zumo, muy apropiado para condimentar comidas o realizar helados por ejemplo. El limón es un condimento… no un postre.
De su corteza del tronco y fruto, mediante destilaciones y otras técnicas se extraen esencias aromáticas muy apreciadas en perfumería y bebidas.
El limón en el mercado
El principal uso es el consumo en fresco, tanto para la elaboración casera de zumos y refrescos, como aliño o condimento para multitud de platos.
Últimamente se ha incrementado el uso industrial para la obtención de zumos naturales y concentrados, aceite esencial, pulpas, pectinas, flavonoides, piensos, etc. y más recientemente la producción de ácido cítrico natural con destino a la confección de conservas naturales.
La producción y comercialización del hemisferio norte se localiza entre los meses de octubre y abril; y en el hemisferio sur de mayo a septiembre, por lo que ambas se complementan a excepción de la variedad “Verna” en España que se solapa con las del hemisferio sur.
Dentro de Europa, España es el principal exportador de limones, siendo sus principales competidores los países de la cuenca mediterránea, América del Sur y Sudáfrica.
Hablando de números, el ranking mundial lo lidera México con cerca de dos millones de toneladas de producción anual, le sigue la India con una y media, Argentina con poco más de una, Irán con similares cantidades y España con un millón. Los siguientes en la lista son Estados Unidos, Brasil, Italia, Turquía, etc.
Suelo y clima
Al ser la especie más tropical como ya hemos dicho entre los diferentes cítricos existentes en España, es por lo tanto la más sensible al frío. Por lo tanto, a la hora de elegir su compra debemos saber que debe estar preferentemente en una zona costera o sur peninsular, o en su defecto en una zona resguardada sin riesgo de heladas severas.
El clima más adecuado para el limonero es de tipo mediterráneo libre de heladas y con períodos de sequía seguidos de precipitaciones ya que juegan un importante papel en su floración.
Prefieren suelos permeables y poco calizos, recomendando que el suelo sea profundo para garantizar el anclaje del árbol. No toleran bien la salinidad.
Presentación en el mercado
Aunque como planta que florece, se puede reproducir mediante semilla, esta presenta una serie de inconvenientes, entre ellos una falta de homogeneidad. Por tanto, es preferible su propagación mediante injerto de escudete en el mes de marzo.
Dada esta situación, es preferible comprar los limoneros ya cultivados por especialistas.
Desde Clemente Viven se comercializan injertados con las variedades más interesantes del mercado, basadas tanto en los gustos del mercado como en sus rendimientos de producción y facilidad de cultivo.
La presentación es en envases de cartón, con identificación de la variedad e información básica sobre su plantación. Además, informando de los certificados que garantizan la sanidad vegetal del árbol que ofrecemos.
Estos envases se presentan en expositores de madera que además de englobar un buen número de variedades, se complementan con la oferta de otras especies de frutales.
Los limoneros comercializados por Clemente Viven, se presentan preplantados en sustrato. Con ello se garantiza un grado de humedad en raíz suficiente para que durante el período de comercialización, este se encuentre en óptimas condiciones. Con ello, la respuesta tras la plantación es ideal.
Las variedades
Las variedades existentes actualmente en el mercado obedecen a una selección encaminada a mejorar su contenido de zumo, su calidad y ausencia de semillas. Entre las variedades en España destacan la “Verna” con un 70% de la producción con recolección en febrero-julio, “Fino” con un 20% de la producción y con recolección de octubre a febrero y “Eureka”.
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– La variedad “Verna” es un árbol vigoroso con pocas espinas. Su floración es prolongada y el peso de sus frutos con forma oval es de unos 130 gramos. Su corteza es gruesa, lo que favorece el transporte y la manipulación. La piel del limón maduro es de color amarillo pálido. Aunque tiene dos floraciones, la segunda cosecha es de menor calidad.
– La variedad “Fino” es un árbol muy vigoroso de tamaño muy grande. Sus frutos, algo más esféricos, son de tamaño mediano de unos 110 gramos. Posee más semillas, piel más fina y mayor contenido en zumo que la variedad “Verna”.
– La variedad “Eureka” es un árbol de tamaño y vigor medio con pocas y pequeñas espinas. Sus frutos de tamaño mediano a grande de unos 120 gramos y forma elíptica u oblonga. Casi no posee semillas. Su zumo es muy ácido. Puede producir dos cosechas, la primera y más importante, se recolecta en el mismo período que la variedad “Fino” o un poco antes.
– Otras variedades son la “Lisbon” de árbol muy vigoroso y con muchas espinas y elevado número de semillas.
Los patrones
Como decimos, las variedades se fijan mediante injerto. Para ello se utilizan patrones que aportan determinadas ventajas al conjunto del limonero como son una mayor precocidad en la producción, mayor uniformidad entre los árboles de la misma variedad, mejor adaptación a los suelos conflictivos, mejor tolerancia a plagas y enfermedades, etc.
Los patrones más utilizados son el “Citrange Troyer”, que fue de los primeros siendo muy vigoroso y productivo. Posteriormente se introdujo el “Citrange Carrizo”, muy similar al primero pero con algunas ventajas, el “Mandarino Cleopatra” que actualmente sólo se utiliza en zonas con elevada salinidad, el “Citrus volkameriana” como híbrido natural del limonero, el “Citrus macrophylla” del propio “Naranjo amargo”, etc.
Cultivo
A la hora de realizar una plantación, si es un árbol solo, nada más hay que tener el cuidado de que tenga la mayor cantidad de luz posible. Si por el contrario son varios árboles, hay que procurar que gocen del suficiente espacio para que obtengan tanto luz como la ventilación suficiente.
Las distancias pueden ser varias, siendo entre 6,5 a 7 metros entre las líneas y unos 5 metros entre ellos mismos dentro de estas líneas.
El limonero es una planta que demanda mucho abono, mostrando rápidamente las deficiencias de nutrientes cuando estos escasean, sobre todo la de hierro está muy ligada a los suelos calizos, dando lugar a la popular clorosis férrica. Su corrección se puede llevar a cabo mediante la aplicación de fertilizantes del tipo quelato de hierro aplicándolo en el suelo o mediante tratamiento foliar.
Conviene no empezar a abonar hasta el inicio de la segunda brotación desde la plantación. Si se puede, se abonará en cada riego. El período de abonado se puede centrar entre los meses de marzo hasta septiembre. Y los quelatos de hierro se pueden aportar en 2 ó 3 aplicaciones durante la brotación de primavera.
El riego puede ser por inundación, riego localizado y riego por aspersión. Aunque el goteo reduce considerablemente la cantidad de agua a utilizar.
Como el proceso de inducción y desarrollo floral en el limonero está controlado por el estrés hídrico, se puede actuar sobre la floración mediante el riego. Si la planta no se riega durante 45 días y luego se riega en abundancia, se produce una abundante floración que trae con ello una buena fructificación.
En cuanto a la poda, los árboles se suelen formar con tres ramas principales que salen del tronco a unos 50-60 cm. Sobre ellas, iremos formando el árbol con más o menos ramas según el vigor.
Esta poda se realiza en primavera, tras la recolección. Se eliminan las ramas muertas, débiles o enfermas y reducen el número de chupones, a la vez que conviene doblarlos para reducir su vigor.
Normalmente es manual y conviene realizarla anualmente, limpiando bien el centro de los árboles para facilitar la iluminación en el interior.
Conviene realizar de tres a cuatro laboreos de suelo entre los meses de marzo y septiembre para mantener el suelo en condiciones. Si se realiza con motocultor, en primavera se pueden incorporar los fertilizantes.
La recolección, cuando es particular, se realiza en el momento en el que se necesitan. Pero debemos saber que los limones cosechados en estado verde oscuro tienen mayor vida que aquellos cosechados completamente amarillos. Conviene recolectarlos con alicates, evitando el tirón.
Plagas y enfermedades
Plagas
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• Minador de los cítricos (Phyllocnistis citrella)
Ataca a las hojas jóvenes del limonero y sus larvas viven en galerías, también llamadas minas, entre las hojas. La oruga es de color amarillo verdoso.
Para su control, realizar tratamientos a base materias activas como Abamectina, Lufenuron, Benfuracarb, Carbosulfan, etc.
• Pulgones.
Causan el debilitamiento de la planta en infecciones masivas, que es cuando se produce una gran emisión de melaza acompañada del acartonamiento de las hojas.
Para su control, realizar tratamientos a base materias activas como Acefato, Alfa Cipermetrin, Benfuracarb, Butocarboxim, Dimetoato, Carbosulfan, Endosulfan, Permetrin, Pirimicarb, Imidacloprid, etc.
• Cochinillas.
Sus daños consisten, esencialmente, en la sustracción de savia que provoca una depresión general en toda la planta, además de producir melaza, un líquido azucarado responsable de las innumerables colonias de hormigas.
Para su control, realizar tratamientos a base materias activas como Aceite de verano, Buprofezin, Etion, Napropamida, etc.
• Ácaro de las maravillas (Aceria tulipae)
Ataca especialmente al limonero, causando daños como deformaciones y reducción del crecimiento. También produce la caída de frutos pequeños y los frutos que consiguen progresar tienen deformaciones intensas.
Para su control, realizar tratamientos a base materias activas como Bromopropilato o Piridafention.
• Polilla de los cítricos (Prays citri).
Las larvas unen las flores atacadas con sedas. Estas, de color gris pardo casi transparente, se alimentan de los órganos florales turgentes y después sale por un orificio lateral para ir a otro botón floral. En el cultivo del limonero la oruga penetra en la epidermis del fruto y perfora una galería que exuda goma por el orificio de penetración.
Para su control, realizar tratamientos a base materias activas como Flucitrinato, Isoxation, etc.
• La mosca blanca (Aleurothrixus floccosus).
Son chupadores, con pico articulado y cuatro alas membranosas que repliegan en forma de tejadillo. Los adultos habitan en el envés de las nuevas hojas, vuelan poco y el viento los arrastra con facilidad, constituyendo el medio principal de invasión de nuevas zonas.
Como todos los estados evolutivos segregan gran cantidad de melaza, hace que se ensucien las hojas, dificultando la fotosíntesis y respiración del árbol afectando a la realización de labores, producción y calidad del fruto.
Los adultos y estados larvarios debilitan la brotación y pueden llegar a producir la defoliación debido a su acción chupadora.
Para su control, realizar tratamientos a base materias activas como Butacarboxim, Buprofezin y Lufenuron.
• Mosca de la fruta (Ceratitis capitata).
Es una mosca algo más pequeña que la común que presenta los ojos verdes, el tórax gris plateado y el abdomen amarillo con dos bandas grises. La hembra está dotada de un puntiagudo taladro que le sirve para hacer la puesta sobre distintos frutos. Las larvas que nacen de estos huevos son blancas y alargadas.
La hembra perfora la piel de la fruta para depositar los huevos. A los 3-5 días nacen las larvas que causan la descomposición de la pulpa.
Para su control, realizar tratamiento a base de materias activas como Fention, Triclorfon, Malation, etc.
Enfermedades
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• Nemátodo de los cítricos (Tylenchulus semipenetrans).
Esta enfermedad se desarrolla gradualmente y comienza con una reducción en el número y tamaño de los frutos. Los principales síntomas son: falta de vigor de las plantaciones y reducción del calibre de los frutos.
Para su control, realizar tratamientos a base materias activas como Cadusafos, Oxamilo o Aldicarb, aunque conviene abordar bien el cultivo comprando plantas con patrones resistentes como el “Citrumelo swingle” y el “Poncirus trifoliata”.
El método de lucha más eficaz es la combinación de medidas preventivas como mantener bien drenado el campo, cuidar que el agua de riego no moje el tronco del árbol, tener cuidado de no dañarlo con las herramientas de trabajo, evitar períodos de sequía seguidos de riegos abundantes, moderar la fertilización nitrogenada, etc.
• Gomosis.
Esta enfermedad pudre el tronco y las raíces. La zona afectada se oscurece y deshidrata ya que la savia no puede drenarla y acaba secándose. Las hojas se hacen más puntiagudas y amarillean, los brotes se debilitan y los frutos son más pequeños. La corteza del tronco se separa produciendo una pegajosa sustancia alrededor.
El evitar el exceso de humedad es la mejor forma para prevenirla.
• Alternaria alternata.
Se producen necrosis en las hojas, los tallos y los frutos casi por completo. Una vez infectado el fruto se acaba cayendo del árbol.
Evitar excederse en el nitrógeno al abonarlo para su prevención y en el caso de que aparezca la enfermedad nos desharemos de las partes afectadas.
• Virus de la tristeza (Citrus tristeza virus – CTV).
Este virús provoca una de las enfermedades más graves.
Poco a poco la copa va perdiendo volumen y se van secando las hojas y las ramas, disminuyen los frutos que adquieren un color más pálido y finalmente el árbol muere.
El pulgón pardo y el algodonero son los responsables de esta enfermedad.
La técnica, Elisa se utiliza para reconocer y controlar los virus de CTV. La combinación con mallas anti-pulgón permiten la germinación de plantas libres de estos pulgones.